Detenidos cinco presuntos terroristas cerca de frontera con Pakistán y Afganistán

  • Teherán.- Las fuerzas de Seguridad iraníes detuvieron a cinco presuntos terroristas en la provincia suroriental de Sistán Baluchistán y desmantelaron una célula del grupo rebelde suní Yundulá (Ejército de Alá), informó hoy la oficina central de inteligencia de la provincia, fronteriza con Afganistán y Pakistán.

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Teherán.- Las fuerzas de Seguridad iraníes detuvieron a cinco presuntos terroristas en la provincia suroriental de Sistán Baluchistán y desmantelaron una célula del grupo rebelde suní Yundulá (Ejército de Alá), informó hoy la oficina central de inteligencia de la provincia, fronteriza con Afganistán y Pakistán.

"Cinco elementos vinculados con operaciones terroristas fueron arrestados cuando estaban en posesión de cuatro chalecos explosivos y diversas municiones", explicó la fuente, citada por la agencia local de noticias iraní, Mehr.

Yundulá asumió el pasado diciembre la autoría de un atentado perpetrado en el puerto meridional iraní de Chabahar durante la fiesta sagrada chií de la "Ashura", que mató a al menos 38 personas.

Al grupo rebelde baluche también se le atribuye la responsabilidad de los otros dos atentados más sangrientos perpetrados en el país en las últimas dos décadas.

En octubre de 2009, un total de 42 personas, entre ellas dos altos mandos y quince oficiales de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, perdieron la vida en un ataque suicida junto a la frontera con Afganistán.

En mayo de ese mismo año, al menos 25 personas murieron en un atentado suicida perpetrado en el interior de una mezquita de la ciudad de Zahedan, una de las dos capitales de Sistán Baluchistán.

Su líder, Abdul Malek Rigi, fue capturado en febrero de 2010 por las autoridades iraníes a bordo de un vuelo comercial que había partido de Dubai y se dirigía a Asia Central a través del espacio aéreo de la República Islámica.

Meses después, y tras un juicio rápido, fue condenado a muerte y ahorcado en prisión.

El régimen iraní vincula a Yundulá con los servicios secretos de Estados Unidos y el Reino Unido, a los que acusa de financiar y entrenar al grupo.

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