Díaz Ferrán se sienta de nuevo en el banquillo por apropiación indebida de cinco millones de euros

El expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán se sienta por segunda vez en el banquillo este lunes y se enfrenta a cuatro años de prisión en el juicio por la presunta apropiación indebida de casi cinco millones de euros en relación con la venta fraudulenta de billetes de avión por las agencias del Grupo Marsans.

El juicio se celebrará entre hoy y el 26 de noviembre y también sentará en el banquillo a Iván Losada, la mano derecha del que fuera testaferro del empresario, Ángel de Cabo. En junio de 2010, el Grupo Marsans fue denunciado ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) por incumplimiento de contrato con la Asociación Internacional de Líneas Aéreas (IATA).

Las agencias de viajes liquidan con periodicidad mensual el importe de la venta de billetes de avión, pero el Grupo Marsans no hizo el ingreso correspondiente en abril de 2010 y la agencia IATA rescindió el contrato.

En los primeros 20 días del mes abril, Marsans vendió billetes de avión por valor de más de cinco millones de euros, lo que motivó la denuncia por “retener ilegítimamente los importes previamente obtenidos en nombre de las compañías aéreas”.Ferrán ya está condenado a cinco años y medio

Díaz Ferrán lleva en la cárcel madrileña de Soto del Real desde 2012. Este verano fue condenado a cinco años y medio de prisión por la quiebra y vaciamiento patrimonial del Grupo Marsans. Ahora la Fiscalía pide cuatro años de cárcel por un delito de apropiación indebida.

El pasado mes de octubre su abogado presentó el escrito de defensa ante el próximo juicio en el que se queja del ensañamiento de la justicia con él por haber sido el presidente de la patronal. El empresario, que tiene 73 años, tiene problemas de salud y alega en su escrito que estos hechos ya fueron investigados por un juzgado ordinario y la Audiencia Provincial de Madrid, que no vieron delito en su actuación.

Entiende que no hay motivo que justifique este juicio y que la única razón de su celebración es "someterle de forma innecesaria a la denominada pena de banquillo". Los billetes de avión vendidos no fueron abonados y Díaz Ferrán explica que nunca tuvo “la más mínima intencionalidad de defraudar a las compañías aéreas ni de apropiarse” de su dinero, y justifica los impagos por la “situación de insolvencia generalizada en el grupo”.