Diputados ultraortodoxos abandonan el Parlamento israelí al hablar Netanyahu

  • Los diputados del partido ultraortodoxo askenazí Judaísmo Unido de la Biblia abandonaron hoy la cámara parlamentaria cuando el primer ministro, Benjamín Netanyahu, presentaba su nuevo gobierno en protesta por haber sido excluidos del mismo.

Jerusalén, 18 mar.- Los diputados del partido ultraortodoxo askenazí Judaísmo Unido de la Biblia abandonaron hoy la cámara parlamentaria cuando el primer ministro, Benjamín Netanyahu, presentaba su nuevo gobierno en protesta por haber sido excluidos del mismo.

Los hechos ocurrieron poco después de comenzar hoy la sesión parlamentaria en la que el primer ministro exponía las líneas generales de su tercer gobierno y los nombres de los nuevos ministros.

Cuando llegó al de Economía y Comercio, Naftalí Benet, líder del partido ultranacionalista religioso "HaBait HaYehudí", los ultraortodoxos comenzaron a gritar "Un judío no expulsa a otro judío" y "Un judío no boicotea" a otro, mientras los diputados del Judaísmo Unido de la Biblia salían de la sala.

De esta forma protestaron por el pacto político entre Benet y el ex periodista Yair Lapid, líder del partido centrista Yesh Atid, que condicionó su entrada en el gobierno de Netanyahu a que los ultraortodoxos quedasen fuera.

Sin embargo, los diputados del otro gran partido ultraortodoxo, el sefardí Shas (tradicional compañero de viaje en los gobiernos israelíes), decidieron permanecer en la cámara y no se sumaron a la iniciativa de los legisladores askenazíes.

El trigésimo tercer gobierno de Israel comenzará su andadura oficialmente a las 19.30 horas locales (17.30 GMT) con una reunión poco después de que obtenga la mayoría en el Parlamento.

La nueva coalición tiene garantizado el respaldo de los 68 diputados que suman en su conjunto la lista Israel Beitenu (formada por los partidos Likud e Israel Beitenu) y las formaciones Yesh Atid, Habayit Hayehudí y Hatnuá.

Netanyahu destacó en su discurso su apoyo a los compromisos electorales de Lapid y Benet: un reparto más equitativo del servicio militar y la reducción del coste de la vida, que castiga especialmente a la clase media.

"El pueblo espera (..) que incentivemos de forma significativa la participación en el servicio militar, que actuemos para reducir el coste de la vida, que bajemos el precio de la vivienda y subamos la oferta de viviendas", afirmó el primer ministro en un discurso televisado en el que no profundizó ni sobre cuestiones económicas ni internacionales.

Sobre la situación en la región se limitó a recordar sus argumentos de campaña electoral sobre que las amenazas que afronta Israel "son más grandes que nunca antes" y que su máxima prioridad como jefe del Gobierno es "proteger la seguridad del país y de sus ciudadanos".

Las palabras de Netanyahu no convencieron a la nueva jefa de la oposición, la laborista Shelly Yacimovich, que ve en la composición del Ejecutivo un "claro reflejo de los dos estados que se están constituyendo en Israel: el (Israel) saciado, y el necesitado".

"Netanyahu, Lapid, Benet y Livni (la jefa del partido Hatnuá) representan a los saciados, a aquellas familias privilegiadas que nunca tuvieron que luchar por un puesto de trabajo. Digámoslo claro: ¡Todos sois unos capitalistas!", afirmó.

El nuevo Gobierno israelí afronta como problema más urgente la aprobación de los presupuestos generales del Estado para 2013 en los que se prevén fuertes recortes en las prestaciones públicas y una subida de impuestos para tapar el agujero fiscal que está provocando una menor actividad comercial desde mediados de 2012.

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