División inicial entre los “barones” del psoe ante la reforma financiera del gobierno


El Consejo Territorial del PSOE reunido este sábado para analizar las reformas del Gobierno, especialmente la financiera, está dejando ver las diferentes posiciones que sus dirigentes regionales creen que debería adoptar el partido.
El secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, intenta fijar una estrategia común en toda España pero para ello tiene que lograr el acercamiento entre posiciones que, a primera hora de la mañana y a juzgar por las reflexiones que unos y otros expresaban al llegar, son alejadas.
El andaluz José Antonio Griñán, el extremeño Guillermo Fernández Vara o el castellano-manchego Emiliano García-Page se mostraban partidarios del diálogo con el Gobierno para, con algunos compromisos previos, respaldar una reforma que consideran crucial para la recuperación económica.
Otros, como el madrileño Tomás Gómez, expresaban a las claras su rechazo frontal a la reforma, incluso su defensa de la permanencia del capital estatal en Bankia, y junto al valenciano Ximo Puig o al navarro Roberto Jiménez, se centraba en la exigencia de responsabilidades al PP.
El presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, pedía diálogo entre su partido y el Gobierno para que la reforma financiera sea “la definitiva” y sin responsabilizar “al árbitro”.
Griñán cree que España vive una situación de “grave riesgo” que requiere el diálogo entre el Gobierno y el PSOE, tal y como ha pedido también el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuya línea de oposición respaldó expresamente.
Es una situación que requiere diálogo y consensos más allá de la aritmética parlamentaria con la que cuenta el Gobierno por su mayoría absoluta, y sobre todo para que la reforma que se apruebe sea “la definitiva, porque más tiempo no podemos perder”.
El secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, abogaba por “resolver el problema” y no señalarse unos a otros mientras “nadie resucita el cadáver".
Aunque no se pronunció abierta y expresam
expresamente por un respaldo o rechazo del PSOE a la reforma financiera, alertó de que hay que estar "a la altura" de lo esperan los ciudadanos.
"Vamos a ver si eso es posible, si se nos garantiza una serie de cuestiones que el PSOE quiere poner como cuestiones previas", sobre la premisa de que es un partido de gobierno y no "para tirarnos al monte".
Desde Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page cree que, aunque el PP “no merezca o no haga mucho” por llegar a consensos, España sí merece esos acuerdos y se mostró por ello partidario de que el PSOE contribuya “a intentar entre todos salir de esta situación”.
Abogó directamente porque el PSOE pacte lo que pueda con el Gobierno, sin que ello signifique en ningún caso avalar “engaños, mentiras e incumplimientos” porque los socialistas no pueden ser partícipes “de un fraude”.
Sin embargo, con diferencia de pocos minutos, el madrileño Tomás Gómez defendía la permanencia del Estado en el capital de Bankia porque el dinero público no puede estar solo para cuando hay “problemas”.
Gómez está convencido de que una banca pública fuerte es esencial para que España salga de la crisis, y cree que salir de Bankia sería utilizar el dinero de todos los ciudadanos, "el que no hay para sanidad y para educación", para salvar a un banco y después venderlo "a precio de saldo" a la banca privada, algo "inmoral" especialmente "con la que está cayendo".
Sobre ello, Gómez expresó su esperanza en que el PSOE no apoye esa reforma financiera porque "va contra los intereses de los españoles, no sirve para sacarnos de la crisis y lo que hace falta es algo diferente".
También para el valenciano Ximo Puig “lo primero” debe ser
depurar responsabilidades políticas, evitar que los gestores se lleven “enormes” indemnizaciones después de haber cobrado “lo que no está escrito” y que la nueva Bankia nacionalizada “sirva para salir de la crisis”.
La nacionalización, advirtió, no puede ser sólo “una solución transitoria para tapar los agujeros enormes del ladrillazo”, provocado, añadió, por el mismo que dijo que la economía española era “un milagro” que finalmente “nos ha estampado a todos”.
En lo que sí parecen estar de acuerdo todos los “barones” del PSOE es en eximir de responsabilidad al Banco de España y centrar lo ocurrido en la gestión de Miguel Blesa y Rodrigo Rato con la connivencia de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, de los que Tomás Gómez recordó que pelearon “a brazo partido” como si Bankia fuera “un juguete”.
Todos señalan a los “gestores” de Bankia, y de las anteriores cajas que la conforman y no al regulador, incluso aunque algunos reconozcan implícitamente las dudas sobre su eficacia, como Emiliano García-Page.
“El policía puede ser un inútil, que puede serlo, lo ha demostrado probablemente también antes, pero eso no evita quién es el delincuente”, advirtió.

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