Dos jóvenes que estuvieron en la fiesta del Madrid Arena piden justicia

  • Dos jóvenes que estuvieron en la fiesta de Halloween en el Madrid Arena han pedido hoy que se castigue a los responsables de la avalancha en la que murieron cuatro chicas en la macrofiesta del pasado 1 de noviembre.

Madrid, 13 nov.- Dos jóvenes que estuvieron en la fiesta de Halloween en el Madrid Arena han pedido hoy que se castigue a los responsables de la avalancha en la que murieron cuatro chicas en la macrofiesta del pasado 1 de noviembre.

Marta Rodríguez y Ricardo Mateo, ambos de dieciocho años, han acudido a las puertas del recinto, donde el juez que investiga los hechos, Eduardo López Palop, titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, realiza una inspección ocular del pabellón.

Rodríguez ha explicado que intentó entrar a la fiesta sobre las 2:30 horas, pero, en la verja de entrada, había "una cantidad de gente exagerada" y perdió a una amiga que llevaba las entradas.

Por ello, ha precisado, no pudo acceder al recinto hasta las 3:30 horas y se encontró con "un tapón" en la planta de abajo, por lo que subió a la primera planta, donde vio que había "un montón de gente y una atmósfera totalmente sobrecargada".

En la fiesta, circulaban "rumores" de que había muerto una chica, pero pensó que se trataba de un coma etílico, ha apuntado Rodríguez, quien ha indicado que cuando al día siguiente se empezó a hablar de que se sobrepasó el aforo, pensó que cualquiera de sus amigas o ella misma podrían haber estado entre las víctimas.

Ahora, ha expresado su deseo de que se haga justicia y que el dinero no sea más importante que la seguridad que se les dé a los jóvenes en este tipo de fiestas.

Por su parte, Ricardo Martín ha apuntado que notó que había mucha más gente de la que podía acoger el recinto porque "ahí dentro no se podía estar", "la sala daba muchísimo agobio", "no se podía respirar" y "no te podías mover".

En el acceso al recinto, según Martín, había dos encargados de seguridad, que pedían las entradas y que solo rozaban los bolsos de las chicas con la mano, por lo que se podía entrar con una bengala o con cualquier cosa.

Cuando se produjo la avalancha, el joven ha comentado que estaba en el primer piso y, desde allí, se veía a mucha gente en el único punto por el que se podía entrar y salir, porque todos los demás estaban cerrados.

Ha detallado que algunas amigas suyas sufrieron "ataques de pánico y de estrés" porque no podían respirar, que otro amigo sufrió una herida en la nariz porque le lanzaron una botella y que a otro conocido le tuvieron que escayolar un tobillo.

Ahora, ha pedido que "se cumplan los requisitos mínimos para que no vuelvan a suceder cosas como esta" y ha expresado su indignación por la muerte de las cuatro chicas.

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