EE.UU. expresa "gran preocupación" por la sentencia a muerte de un estudiante iraní

Washington.- Estados Unidos expresó hoy su "gran preocupación" por la condena a pena de muerte impuesta por una corte revolucionaria a un estudiante de 20 años detenido durante las protestas postelectorales y pidió la liberación de presos políticos.

"Consideramos deplorable este castigo desproporcionado e instamos a su inmediata liberación", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.

Crowley mostró la preocupación del Gobierno estadounidense por los informes recibidos de que una corte iraní haya confirmado la sentencia de Mohamed Amin Valian, un estudiante iraní de 20 años.

Al parecer, el condenado admitió ante el tribunal haber lanzado piedras contra milicianos islámicos durante la represión policial del día de Ashura, el pasado 27 de diciembre, y fue encontrado culpable de "combatir contra Dios".

Crowley lamentó la condena del estudiante que, según dijo, sería la primera persona en ser ejecutada después de las elecciones, aunque expresó su preocupación porque haya otras ejecuciones.

"Si el Gobierno iraní quiere el respeto de la comunidad internacional, debe respetar las libertades fundamentales de su pueblo", señaló Crowley, quien pidió a la liberación de todos los presos políticos.

"Nos unimos a la comunidad internacional para pedir a las autoridades iraníes que liberen todos los presos políticos", subrayó.

La República Islámica está sumida en la peor crisis política y social que ha sufrido en sus treinta años de historia desde que el pasado junio cientos de miles de personas salieran a la calle para protestar por la reelección del presidente, Mahmud Amadineyad, que la oposición considera fraudulenta.

Desde entonces, las protestas no han cesado pese a la violenta represión de la policía, las miles de detenciones y la persecución a los opositores.

El Poder Judicial ha condenado a más de un centenar de personas a diversas penas, entre ellas a ex miembros del anterior gobierno, representantes de la oposición, periodistas e investigadores.

Además ha condenado a muerte a una docena de personas, de las que ocho aún están pendientes de apelación.