Egipto inaugura etapa con un nuevo presidente y la detención de islamistas

  • Egipto inauguró la nueva etapa impuesta por el Ejército con un nuevo presidente interino, Adli Mansur, que hoy juró su cargo en sustitución de Mohamed Mursi, mientras sigue la búsqueda y detención de líderes de los Hermanos Musulmanes.

Belén Delgado

El Cairo, 4 jul.- Egipto inauguró la nueva etapa impuesta por el Ejército con un nuevo presidente interino, Adli Mansur, que hoy juró su cargo en sustitución de Mohamed Mursi, mientras sigue la búsqueda y detención de líderes de los Hermanos Musulmanes.

En una solemne ceremonia, Mansur prestó juramento ante la asamblea general del Tribunal Constitucional, la instancia que él mismo presidía hasta hoy.

"La revolución del 30 de junio ha corregido la revolución del 25 de enero de 2011 (que derrocó a Hosni Mubarak)", dijo Mansur, para quien el pasado domingo los millones de egipcios que pidieron la renuncia de Mursi lograron "reunificar el pueblo sin divisiones".

Mansur es el nuevo mandatario que deberá convocar y supervisar elecciones presidenciales durante un periodo interino, y podrá hacer declaraciones constitucionales y designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas.

El presidente del Constitucional reemplazó a Mursi en la Presidencia, de acuerdo al plan trazado por las Fuerzas Armadas, que ayer depusieron al islamista con el respaldo de líderes religiosos y políticos, y de ciudadanos que salieron en masa a las calles.

La nueva hoja de ruta establece también la suspensión temporal de la Constitución, que deberá ser remodelada por un comité de expertos, y la formación de un gobierno de unidad nacional.

En el ámbito judicial, el Consejo Superior de la Magistratura restituyó hoy al fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, en lugar del anterior, Talaat Ibrahim, nombrado por Mursi.

Tras el golpe militar, una de las primeras medidas que han tomado las autoridades ha sido comenzar a detener a líderes de los Hermanos Musulmanes, el grupo islamista en el que militó Mursi hasta acceder al poder hace un año tras ganar las primeras elecciones presidenciales democráticas de Egipto.

Por el momento se desconoce dónde está Mursi, oficialmente en paradero desconocido, si bien un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gihad Hadad, señaló que está retenido tras haber sido trasladado al Ministerio de Defensa.

Contra el depuesto presidente pesa un orden judicial emitida hoy que prohíbe su salida del país.

El islamista está siendo investigado por las acusaciones de haber insultado al poder judicial junto a otros ocho dirigentes de la Hermandad a través de los medios de comunicación.

Se espera que, a partir del próximo lunes, un juez designado por el ministerio de Justicia interrogue a Mursi por su discurso a la nación del pasado 26 de junio, cuando denunció a varios jueces por supuestamente haber participado en fraudes electorales en la era de Mubarak.

Entre los otros investigados, destacan el anterior guía espiritual de la cofradía Moahmed Mahdi Akef y el presidente del brazo político de este grupo, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), Saad Katatni, que ya han sido arrestados.

También fueron detenidos el viceguía espiritual de los Hermanos Rachad Bayumi y el exdiputado de la Cámara baja Mohamed el Omda.

Además, la Fiscalía ordenó la detención de los dos máximos líderes de los Hermanos Musulmanes: su guía espiritual, Mohamed Badía, y su "número dos", Jairat al Shater, que están acusados de instigar al asesinato de manifestantes pacíficos contra el depuesto presidente.

Fuentes de seguridad dijeron a Efe que ambos están detenidos, pese a que no ha habido confirmación oficial.

Por su parte, los Hermanos Musulmanes rechazaron hoy "el golpe de Estado contra el presidente elegido y la voluntad del pueblo", y se negaron a participar en ningún trato con las nuevas autoridades.

"Rechazamos las prácticas represivas del Estado policial, como los asesinatos, las detenciones y la restricciones a la libertad de los medios de comunicación", agregaron, en alusión a los últimos cierres de televisiones islámicas y detenciones de sus responsables.

También pidieron a los manifestantes que protesten de forma pacífica y criticaron cualquier tipo de violencia.

Al menos quince personas, entre ellos un oficial de la policía, murieron en los enfrentamientos desatados en distintas localidades egipcias tras el anuncio de anoche del Ejército, que motivó protestas de seguidores de Mursi.

En general, las calles del país recobraron la tranquilidad. En la plaza cairota de Tahrir, una multitud de personas continuó festejando la salida del poder de Mursi, jaleando a los aviones militares que sobrevolaban la zona con banderas egipcias y dibujando sus colores con la estela.

Esa euforia se trasladó a la Bolsa egipcia, cuyas operaciones tuvieron que ser suspendidas temporalmente al superar el máximo de ganancias permitidas en una sola hora, con unos 2.850 millones de dólares.

En el plano internacional, Turquía y Túnez fueron de los pocos países en condenar el golpe de Estado, frente a las felicitaciones de los estados árabes al pueblo egipcio o los llamamientos de Occidente a respetar los derechos de Mursi. EFE

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