El asalto al cielo de "la gente" de Podemos

  • Con la meta de asaltar el cielo -palabras que Pablo Iglesias le ha cogido prestadas a Karl Marx- se cierra el encuentro que la Asamblea Ciudadana de Podemos ha celebrado este fin de semana, en el que se ha puesto en marcha su conversión en partido político, aunque decidir, decidir, aún no se ha decidido mucho.

Sonia López

Madrid, 19 oct.- Con la meta de asaltar el cielo -palabras que Pablo Iglesias le ha cogido prestadas a Karl Marx- se cierra el encuentro que la Asamblea Ciudadana de Podemos ha celebrado este fin de semana, en el que se ha puesto en marcha su conversión en partido político, aunque decidir, decidir, aún no se ha decidido mucho.

Ni siquiera Iglesias sabe todavía si seguirá siendo el principal líder de Podemos, aunque en esta asamblea ha puesto toda la carne en el asador para que así sea y para que su proyecto, el que plantea un sólo secretario general y no concurrir a las municipales con sus propias siglas, sea el que aprueben la mayoría de los simpatizantes.

Tampoco estaba previsto cerrar la asamblea con una decisión. Sólo era la puesta en escena de las distintas propuestas sobre el modelo de partido que quieren ser, que ahora votarán las 130.000 personas inscritas en Podemos, lo que vienen a ser los afiliados en los partidos que ellos critican por ser "la casta".

Pero en Podemos, por ahora y aunque Pablo Iglesias diga que es sólo un "militante", no hay afiliados tal y como se conocen. Podemos es "la gente" y en Podemos decide "la gente".

Por si alguien todavía no lo tenía claro, sus portavoces, vengan de donde vengan, lo han repetido todo el fin de semana y todas sus propuestas giran alrededor de la participación ciudadana.

Con matices, es verdad, porque, lo quieran o no, en Podemos parece que algunos ya se han dado cuenta de que las fórmulas asamblearias tienen sus riesgos y de que las caras también son importantes.

Pablo Iglesias puso la suya en las papeletas para las elecciones europeas y, aunque no le gustaba, según ha vuelto a reconocer él mismo ante esta asamblea, eso sirvió para ganar 1,2 millones de votos y no un eurodiputado, sino cinco.

Ahora van a por todas en las generales de 2015, se ven ya como segunda o incluso primera fuerza política, y dice Iglesias que con tres secretarios generales no se gana a Rajoy o a Pedro Sánchez, pero sí con uno.

De momento, ese modelo, el que apuesta por un liderazgo claro se encuentra entre los más populares entre los simpatizantes, aunque sólo sea porque "viene de donde viene", como dicen algunos críticos, que haberlos también los hay en este nuevo partido.

La asamblea se cierra con la sombra de la advertencia de Pablo Iglesias, que dice que no capitaneará el barco si su modelo no es el elegido por la gente de Podemos. Se "echará a un lado", ha dicho. Y eso no es división, es debate democrático.

Falta todavía la votación, pero, a estas alturas y con esas premisas de unos y otros, todo sitúa en la mejor posición de salida al equipo de los fundadores, el de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Luis Alegre y Carolina Bescansa.

Si es así, las caras serán las mismas, estén o no en una papeleta electoral. No habrá dudas entonces de que Iglesias será quien tenga que despejar ese camino hacia el asalto al cielo, al que ha invitado este fin de semana, sea en las municipales con candidaturas de unidad popular, en las autonómicas o en las generales.

Eso también queda ya la próxima semana en manos de la "gente" de Podemos.

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