El Consejo de Ministros aprueba ayudas para los afectados por los temporales de nieve y lluvia

Madrid.- El Consejo de Ministros ha aprobado hoy un acuerdo para ayudar a los damnificados por los temporales de nieve y lluvia ocurridos durante los últimos días de 2009 y primeros de 2010.

El acuerdo supondrá la aplicación de las medidas contempladas en el Real Decreto de 18 marzo de 2005, por el que se regulan las subvenciones en atención a determinadas necesidades derivadas de situaciones de emergencia o de naturaleza catastrófica.

En virtud del acuerdo, el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, efectuará con carácter inmediato las valoraciones de los daños susceptibles de ser resarcidos según estable el real decreto de 2005.

Para ello, Interior contará con la asistencia de los delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas que se hayan visto afectadas, en colaboración con las Administraciones territoriales competentes y con el asesoramiento técnico del Consorcio de Compensación de Seguros.

Además, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias tramitará también los procedimientos oportunos para la concesión de las ayudas y subvenciones que procedan al amparo del citado real decreto a la mayor brevedad posible.

Las bajas temperaturas y los temporales de nieve y lluvia que durante los últimos días de diciembre de 2009 y los primeros de enero de 2010 han afectado a la práctica totalidad de las comunidades autónomas.

Estos episodios meteorológicos provocaron numerosos cortes en carreteras y en la red ferroviaria, el desbordamiento de ríos y alteraciones en el funcionamiento de los servicios públicos.

Estos perjuicios se produjeron a pesar de los esfuerzos que las distintas Administraciones llevaron a cabo, tanto en labores de prevención como en las actuaciones desarrolladas durante la emergencia, con especial mención al despliegue realizado por la Unidad Militar de Emergencias (UME) en provincias como Madrid, Teruel, Ciudad Real, Castellón, León y Cádiz.

Además de la pérdida de dos vidas humanas, fueron de especial gravedad los daños producidos en las comunidades de Andalucía y Castilla-La Mancha, donde se han registrado graves desperfectos en viviendas, así como daños en infraestructuras y equipamientos públicos, en municipios que ya sufrieron en ocasiones anteriores los efectos de otros temporales y fenómenos meteorológicos adversos.

Otras muchas zonas de la península y del archipiélago balear han sufrido interrupciones del suministro eléctrico e importantes incidencias en la circulación viaria, de forma que se vio afectado el normal desarrollo de la vida cotidiana de los ciudadanos.