El desencuentro y el cuento de “nunca acabar”

    • La reunión fue un desastre, por mucho que Pedro Sánchez quiera quitarle hierro y Mariano Rajoy se esconda para ocultar la desfachatez de uno y la altivez del otro o viceversa.
    • Con ese desencuentro han manifestado que ninguno de los dos grandes (aunque disminuidos)  partidos creen en el espíritu de la Constitución de 1978. La que tanto costó.

Portada de periódicos. Comentario en las tertulias radiofónicas. Mensaje de “Community Manager” de PSOE. El desencuentro entre el Candidato a presidir el Gobierno y el Presidente en funciones fue la “crónica de un fracaso anunciado”. Un desastre, por mucho que Pedro Sánchez quiera quitarle hierro y Mariano Rajoy se esconda para ocultar la desfachatez de uno y la altivez del otro o viceversa. Los españoles atónitos ante el panorama que describe el escenario prevén una legislatura, si no hay elecciones, corta y bronca. Lo peor para un periodo en el que la economía mundial se llena de incertidumbres.

Hasta el lugar de desencuentro fue un disparate. Una antesala del Palacio del Congreso de los Diputados ¿Antesala de qué? De nada. Para eso era mejor haber programado un paseo conjunto por el “pasillo de los pasos perdidos”. Ese que rodea el hemiciclo y en el que se han realizado importantes negociaciones en la historia porque no eran reuniones formales.

Además ese pasillo permite caminar 360º. Es decir volver al mismo sitio de donde se empezó. Lo cual sería mucho más representativo de lo que ocurrió. Porque salieron igual que entraron en la antesala. Ninguno de los dos escuchó al otro que, por otra parte, era lo esperado.

Con ese desencuentro han manifestado que ninguno de los dos grandes (aunque disminuidos)  partidos creen en el espíritu de la Constitución de 1978. La que tanto costó. Porque independientemente de su letra estaba basada en la voluntad de concordia y consenso entre todos.

Da la impresión que esto viene de lejos. La segunda legislatura de José María Aznar y las dos de Rodriguez Zapatero iniciaron el camino de la ruptura que ahora sufrimos. Algo grave porque rompe con una forma de entender la política que ha construido el periodo más floreciente de la historia reciente de España.

En realidad fue un diálogo de sordos en la que Rajoy repetía su mensaje como el  del cuento de “nunca acabar”:

Señor candidato, traigo cinco propuestas, las metí en cinco cestas y las tapé con pez, ¿quieres que se lo cuente otra vez? Y Sánchez ni abrió las cestas ni escuchó las propuestas.

Si hicieron la reunión para escenificar algo, escenificaron el desencuentro y auguraron un futuro nada halagador y en lugar del entierro de la sardina, que los carnavaleros hicieron esta semana, enterraron el espíritu de la constitución ¡La que nos espera!

Mostrar comentarios