El despliegue de una gran ikurriña introduce tensión en el chupinazo

  • El despliegue de una gran ikurriña delante del Ayuntamiento de Pamplona ha introducido una imprevista tensión en la ceremonia del chupinazo que abre las fiestas de San Fermín, que se ha atrasado casi veinte minutos hasta que no se ha retirado la bandera.

Pamplona, 6 jul.- El despliegue de una gran ikurriña delante del Ayuntamiento de Pamplona ha introducido una imprevista tensión en la ceremonia del chupinazo que abre las fiestas de San Fermín, que se ha atrasado casi veinte minutos hasta que no se ha retirado la bandera.

La Policía Municipal, que finalmente ha cortado la sirga sobre la que colgaba la ikurriña, ha abierto una investigación para conocer cómo se ha podido colocar la bandera, ya que previamente se ha tenido que preparar un cable sobre el que sustentarla.

El despliegue de la bandera lo han realizado dos jóvenes, uno situado en la parte superior de un inmueble próximo al Ayuntamiento y el otro en la Casa Seminario, desde donde han centrado la bandera justo delante de la fachada del Consistorio pamplonés.

Fuentes policiales han señalado a Efe que no se han producido detenciones y que trabajan en conocer cómo han podido llegar los dos jóvenes a las partes superiores de ambos edificios para lanzar la bandera.

Ante estos hechos, el juez de guardia ha abierto diligencias por un supuesto delito contra el orden público, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.

El alcalde de Pamplona ha convocado una Junta de Portavoces para valorar los hechos y condenarlos, pero no ha habido acuerdo entre los representantes de los grupos políticos que forman la corporación, UPN, Bildu, PSN, Nabai, Izquierda-Ezkerra.

Al término de la reunión, la concejala de Nabai, Uxue Barkos, ha lamentado ante los medios de comunicación que no se haya conseguido un acuerdo y ha emplazado a llamar a la serenidad en favor de la celebración de la fiesta.

Por su parte, Jorge Mori, del PSN, ha indicado que cada uno ha mantenido su posición sobre un acto "absolutamente condenable", mientras que la regionalista María Caballero ha calificado los hechos como lamentables, que rechaza la ciudadanía, y ha responsabilizado a Bildu y Sortu, al intentar convertir las fiestas un acto reivindicativo y político.

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