Olot (Girona).- La imposibilidad por parte del Instituto Nacional de Toxicología de analizar los restos de las primeras víctimas del celador de Olot que ha confesado la muerte de once ancianos pone en duda la versión que dio al juez, según entiende Joan Cañada, abogado del geriátrico donde se produjeron los crímenes.
Por el momento, se trata de dos cuerpos exhumados por orden judicial y pendientes aún del estudio de tejidos por parte del Instituto de Medicina Legal de Cataluña.
Los forenses han comunicado que las muestras analizadas estaban en tan malas condiciones que las pruebas no eran fiables y Joan Cañada, en declaraciones a EFE, reitera su convencimiento de que la última confesión del celador de La Caritat, Joan V., que pasó de reconocer tres a reconocer once homicidios, era "un poco sorprendente".
Pese a que los análisis únicamente confirman la imposibilidad de concretar el motivo de la muerte de Rosa Baburés y Lluís Salleras, Cañada está seguro de que en el informe final tras el estudio de los restos exhumados confirmará que "todo lo que (Joan V.) dijo no es cierto y que algunas cosas son diferentes a lo que explicó".
"En su momento ya dijimos que poníamos en cuarentena la versión última y esta duda se confirmará con el resultado de todos los análisis", ha añadido el abogado de La Caritat.
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