El Gobierno portugués se siente fortalecido con la fallida moción de censura

  • La alianza conservadora que gobierna Portugal ha convertido la fallida moción de censura del jueves en una prueba de su cohesión y de que puede mantenerse en el poder sin necesidad del acuerdo que negocia con la oposición.

Lisboa, 19 jul.- La alianza conservadora que gobierna Portugal ha convertido la fallida moción de censura del jueves en una prueba de su cohesión y de que puede mantenerse en el poder sin necesidad del acuerdo que negocia con la oposición.

Los dos partidos de la coalición y la oposición socialista celebran hoy la sexta jornada del diálogo convocado por el jefe de Estado, Anibal Cavaco Silva, en busca de un pacto que dé estabilidad al Gobierno y garantice el cumplimiento del rescate financiero de Portugal sin pedir un segundo paquete de ayuda internacional.

Pero el primer ministro Pedro Passos Coelho, del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), y su socio en el Ejecutivo, Paulo Portas, del Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano), consideraron que el fracaso de la moción de censura de la izquierda demuestra la fortaleza de su alianza.

Como han hecho ya en otras cuatro votaciones en los dos años de legislatura, ambos partidos dejaron sin efecto, gracias a sus 132 de los 230 diputados, el quinto intento de la izquierda por derribar al Ejecutivo y acabar con sus políticas de austeridad.

Anoche, horas después del debate, Passos Coelho insistió, durante un discurso televisado al país, que la coalición conservadora ha cumplido ya dos tercios del programa de rescate y puede concluir el saneamiento de las finanzas lusas, recuperar la confianza de los mercados y cumplir la legislatura, que acaba en 2015.

Sin embargo el jefe de Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, pidió hace una semana que los tres grandes partidos lleguen a un acuerdo de "salvación nacional" que dé estabilidad al Gobierno y permita concluir el programa de rescate, en junio de 2014, para convocar después elecciones anticipadas.

El primer ministro criticó anoche esa posibilidad, por la incertidumbre que crea un adelanto electoral, al defender los logros de su Gobierno en la reducción del déficit del Estado y asegurar que el año próximo habrá ya crecimiento después de tres años de recesión.

También lamentó la "demagogia política" contra la política de austeridad, que considera inevitable, y puso como ejemplo a Grecia al advertir de las consecuencias de que Portugal no aplique políticas económicas rigurosas.

En el debate parlamentario había ratificado además su intención de cumplir el acuerdo con Portas para dar más poder en el Ejecutivo a los democristianos y garantizar así la estabilidad de la coalición, una propuesta que no aceptó Cavaco cuando optó por convocar a un pacto de Gobierno con la oposición socialista.

La dimisión de Portas como ministro de Exteriores por su descontento con un nombramiento ministerial, puso en peligro la mayoría del Ejecutivo y abrió la actual crisis política lusa el pasado día 2.

El ministro, que, pese a su renuncia "irrevocable", se mantiene en el Ejecutivo, consideró que una moción de censura rechazada equivale a un voto de confianza al Gobierno, que tiene el apoyo y la cohesión necesaria para mantenerse en el poder.

Los dos partidos del Ejecutivo coincidieron con la izquierda marxista en reprochar a los socialistas su apoyo a la moción de censura mientras participan en las negociaciones del pacto de Gobierno.

Aunque apenas se han emitido unos lacónicos comunicados al final de cada una de las cinco jornadas de reuniones y no se ha revelado su contenido, las filtraciones a la prensa apuntan a grandes dificultades para acercar posiciones entre conservadores y socialistas.

Mientras los partidos en el Gobierno quieren aplicar nuevas medidas de austeridad y reformar el Estado para reducir sus gastos, el PS quiere renegociar las exigencias del programa de rescate y generar crecimiento económico y empleo.

Cavaco ha reconocido que las conversaciones pueden concluir sin resultados concretos pero ha descartado que vaya a tomar la iniciativa de organizar él un nuevo Gobierno.

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