El juez exculpa al acusado de dejar morir a su madre y carga contra las administraciones

  • Barcelona.- Un juez de Barcelona ha absuelto a Marc L., el joven acusado de haber dejado morir de hambre a su madre en mayo de 2006 en su piso del barrio barcelonés de Ciutat Vella, en una sentencia en que critica la "descoordinación y la escasa agilidad" de las administraciones en la asistencia a la fallecida.

El juez absuelve al joven acusado de dejar morir de hambre a su madre
El juez absuelve al joven acusado de dejar morir de hambre a su madre

Barcelona.- Un juez de Barcelona ha absuelto a Marc L., el joven acusado de haber dejado morir de hambre a su madre en mayo de 2006 en su piso del barrio barcelonés de Ciutat Vella, en una sentencia en que critica la "descoordinación y la escasa agilidad" de las administraciones en la asistencia a la fallecida.

En su sentencia, el juzgado de lo penal número 19 de Barcelona exculpa al joven, estudiante de Económicas y empleado en el Ayuntamiento de Cornellà (Barcelona), al considerar que procuró alimento, atención y cuidados a su madre, cuyo cadáver se encontró el 15 de mayo de 2006, entre inmundicia y suciedad extrema y con síntomas de desnutrición.

La sentencia da un varapalo a las administraciones por su descoordinación, especialmente entre la Fiscalía y los servicios sociales, y añade que "habría sido deseable una mejor valoración, desde el punto de vista asistencial", de la familia de Marc L., que convivía en su piso con su madre alcohólica y su anciana abuela.

La Fiscalía pedía cuatro años de prisión por un delito de imprudencia grave con resultado de muerte para Marc L., por considerar que el procesado no adoptó las medidas necesarias para paliar la insalubridad de la vivienda y la falta de atención médica y alimenticia de su madre.

No obstante, el juez cree que el procesado procuraba alimentos a su madre y su abuela, que compraba en un restaurante de comida preparada, así como los fármacos y la atención médica que ellas necesitaban, como lo demuestra el hecho de que las acompañara a centros sanitarios en diversas ocasiones.

El juez llama también la atención sobre la personalidad del procesado, "una persona dependiente, sumisa a su madre, ejerciendo dominio sobre él, sin posibilidad de decisión, habiendo sufrido un cuadro depresivo a consecuencia de sus relaciones familiares", y el fuerte carácter de la fallecida, que siempre se negó a ingresar en una residencia.

Además, en opinión del juez, desde hacía dos años el acusado había acudido a varios organismos para conseguir ayuda para su madre y su abuela, "sin éxito a causa de las descoordinaciones y de la escasa agilidad y eficiencia administrativas, no de desinterés por su parte".

Tras precisar que en la causa no se juzga el papel de los organismos públicos en la asistencia de la víctima, la sentencia recoge los argumentos esgrimidos por la defensa de Marc L. y arremete contra la actuación de los servicios sociales, pese a reconocer que la propia fallecida era quien denegó en varias ocasiones la entrada a los asistentes, con su hijo como intercomunicador.

Concretamente, las críticas del juez se dirigen a la "falta de coordinación entre los servicios sociales y la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia", especialmente teniendo en cuenta que ésta había sido informada ya en el año 2003 de los graves problemas de alcoholismo de la fallecida y de su comportamiento agresivo.

El fallo reprocha también al responsable de Servicios Sociales del Distrito de Ciutat Vella de Barcelona que no comunicara la situación de "alto riesgo" que presentaba la víctima al juzgado de instrucción competente, sobre todo cuando él mismo reconoció en el juicio que la coordinación entre administraciones y Fiscalía "nunca es fácil".

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