El lunes veremos a la infanta Cristina en el banquillo de los acusados en el caso Nóos

    • La hermana del Rey será juzgada como presunta cooperadora de dos delitos contra la Hacienda Pública por defraudar al fisco en los ejercicios 2007 y 2008.

    • Sólo la acusa Manos Limpias, que ejerce la acusación popular. Le reclama una pena de 8 años de prisión y multa de 2 millones de euros

La Audiencia fija el calendario del juicio, con la Infanta como última acusada en declarar
La Audiencia fija el calendario del juicio, con la Infanta como última acusada en declarar

La infanta Cristina se sienta hoy en el banquillo de los acusados en la trama de corrupción del caso Nóos. Los seis años de sufrimiento se notan en su rostro. En una de sus últimas apariciones en público, la vimos cabizbaja, triste y preocupada. La misma imagen que podría mostrar hoy cuando se siente en la tercera fila del banquillo de los acusados, junto al espacio reservado para los medios de comunicación y separada de su marido, Iñaki Urdangarin, quién también está acusado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales.

Cristina de Borbón, una infanta moderna, deportista y profesional, es desde hace años la 'vergüenza' de la familia real española. Vetada de todas las ceremonias oficiales se niega férreamente a abandonar a su marido, acusado de corrupción. Seis años después de abrirse una investigación judicial, Cristina será protagonista, muy a su pesar, del primer proceso contra un miembro de la realeza española, encabezado por su esposo desde hace 18 años, acusado del desvío de 6 millones de euros públicos.

La hermana del rey Felipe VI está acusada de supuesta cooperación en dos delitos fiscales por el sindicato Manos Limpias, pero no por la Fiscalía Anticorrupción ni por la Abogacía del Estado, a diferencia de su marido Iñaki Urdangarín, para quien se piden penas de 19 años de prisión por distintos delitos de corrupción cometidos a través del Instituto Nóos y que se sentará a la derecha de su exsocio Diego Torres.

El juicio del siglo o el más mediático arranca este lunesbajo grandes medidas de seguridad y con más de 80 medios acreditados. Los focos se fijáran sobre todo en ella, Cristiana de Borbón quien ha pasado de princesa a villana en seis años por su supuesta implicación en la trama de corrupción en la que también están acusadas otras 17 personas.¿Qué es el caso Nóos?

La trama se destapa cuando, durante la investigación por el caso Palma Arena, el juez Castro descubre que el Gobierno balear, por aquel entonces presidido porJaume Matas, había efectuado dos pagos de más de dos millones de euros al Instituto Nóos entre los años 2005 y 2006. No obstante, se calcula que que en totalseis millones de euros fueron malversado por entidades públicas de Baleares y Valencia.

El Instituto Nóos,dirigido porIñaki Urdangariny su socio Diego Torres, organizaba eventos y conferencias por una cifra muy superior al gasto real. Al parecer, el dinero sobrante se desviaba a un entramado de empresas entre ellas Aizoon, donde laInfanta Cristinafiguraba como propietaria al 50 por ciento junto a su marido.¿Qué papel jugó la Infanta en la trama?

A la infanta se le imputan dos delitos contra Hacienda, basados en el papel que jugó Aizoon, de la que era copropietaria al 50 por ciento con su marido, Iñaki Urdangarin.¿Cómo se defraudó el dinero?

La empresa en la que la infanta Cristina participó accionarialmente con su marido era una sociedad simulada. Ésta se convirtió en un instrumento o herramienta fiscal para ocultar la renta obtenida por sus marido y, en consecuencia, para defraudar a Hacienda, tanto en rentas como en sociedades.¿Cómo participaba la infanta en este fraude?

El dinero que recibía Aizoon no se quedaba en su cuenta, sino que se disponía del mismo por sus socios sin que tampoco estos declarasen esos dividendos en su impuesto sobre la renta, de manera que también colaboraron en la ocultación de esos beneficios.¿Podría ir a la cárcel la Infanta?

La infanta Cristina podría enfrentarse a una petición de hasta ocho años de cárcel por los dos delitos fiscales que pesan sobre ella. La solicitud podría verse reducida si hace frente a las cantidades presuntamente defraudadas a Hacienda a través de Aizoon, de la que era propietaria al 50 por ciento junto a su marido.La doctrina Botín, el último cartucho de la Infanta

La defensa de la infanta tiene un último recurso: que se apliquela doctrina Botín, que supondría el archivo del proceso contra ella. La Agencia Tributaria ha considerado que Doña Cristina es inocente y por eso no la acusa. Tampoco lo hace la Fiscalía. La única acusación que pretende sentarla en el banquillo es la popular y ante esta situación, el Tribunal Constitucional impide que una acusación popular actúe contra una persona si no lo hace el perjudicado ni el Ministerio Fiscal.De princesa a villana

En unos diez días y tras la primera vista del juicio sabremos si se le aplica o no la doctrina Botín a la infanta Cristina. Sea lo que sea, su vida está manchada por este caso de corrupción que le ha apartado de la vida familiar casi por completo. Su hermano pequeño Felipe VI, de quien era muy próxima, no la invitó al día más importante de su vida: su proclamación como rey, el 24 de junio de 2014. Y un año después, le retiró el título de duquesa de Palma que había recibido como regalo de bodas.

Instalada desde 2013 en Ginebra, tras varios años de alejamiento con su familia en Washington, Cristina dirige la cooperación internacional de la fundación española La Caixa, además de trabajar para la fundación del Aga Khan, gran amigo de su padre. Allí vive muy unida a Urdangarin y sus cuatro hijos resistiendo a las presiones para que renuncie a su sexto lugar en la línea de sucesión al trono y apoyándose en su marido al que se niega abandonar pese a los casos de corrupción.

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