El ministro de Exteriores analizará en Bamako "qué más puede hacer" España ante una crisis que no le es "ajena"

  • Se reunirá con el máximo responsable de la misión de entrenamiento en Malí, para la que se ha pedido a España un esfuerzo suplementario BAMAKO, 24 (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito) El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, mantendrá este domingo en Bamako una intensa ronda de contactos para conocer la situación en Malí, en medio de los esfuerzos para frenar a los islamistas radicales, y para analizar "qué más puede hacer España" ante una crisis que "no es ajena" ni "lejana" a su territorio e intereses.
El ministro de Exteriores analizará en Bamako "qué más puede hacer" España ante una crisis que no le es "ajena"
El ministro de Exteriores analizará en Bamako "qué más puede hacer" España ante una crisis que no le es "ajena"

Se reunirá con el máximo responsable de la misión de entrenamiento en Malí, para la que se ha pedido a España un esfuerzo suplementario

BAMAKO, 24 (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito)

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, mantendrá este domingo en Bamako una intensa ronda de contactos para conocer la situación en Malí, en medio de los esfuerzos para frenar a los islamistas radicales, y para analizar "qué más puede hacer España" ante una crisis que "no es ajena" ni "lejana" a su territorio e intereses.

Tras una jornada de trabajo en Níger, el jefe de la diplomacia española comenzará su agenda en la segunda etapa de su gira africana con un encuentro con el máximo responsable de la avanzadilla de la misión de entrenamiento de la Unión Europea (EUTM Malí), el coronel Bruno Hellui. Este oficial francés se encuentra en Bamako desde el pasado 8 de febrero con otros 70 militares europeos, entre ellos un teniente coronel y un comandante españoles, para preparar la misión europea.

Con el coronel, García-Margallo podrá pasar revista a las necesidades de esta misión, que aunque fue lanzada formalmente el pasado lunes, todavía tiene algunas cuestiones por cerrar. Entre ellas, quién integrará la fuerza que deberá garantizar la protección a los instructores, para lo que Francia ha pedido a España un esfuerzo suplementario al inicialmente previsto, con 50 militares.MARGALLO: ESPAÑA ESTUDIA MANDAR MÁS MILITARES

Aunque el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha insistido públicamente en varias ocasiones, la última vez el pasado jueves en Bruselas, en que no tiene intención de superar el máximo aprobado por el Gobierno y autorizado por el Consejo de Ministros, el jefe de la diplomacia ha anunciado en su gira por el Sahel que el Gobierno va a estudiar si acepta la petición francesa, que consiste en concreto en enviar 60 militares de protección a Koulikoró, localidad a 60 kilómetros de la capital donde se instalará el campamento de entrenamiento.

García-Margallo ha asegurado que el Gobierno está en un "periodo de reflexión" en el que tiene que valorar si es suficiente el apoyo comprometido en Malí: los 50 efectivos para la misión de entrenamiento, por un lado, y un avión de transporte militar 'Hércules' y medio centenar de militares en el marco de la 'operación Serval' lanzada por Francia para frenar a los islamistas, por otro."HAY QUE ESTAR CON CORAJE Y PRUDENCIA"

"España tiene que estar en Malí con responsabilidad, coraje, determinación y prudencia", así lo explicó el ministro anoche en Bamako, durante una recepción ofrecida a la colectividad española en este país --entre ellos seis cooperantes de diferentes organizaciones-- en la Embajada española, a cuyo mando se incorporó hace sólo unos días José María Matres.

García-Margallo ha hecho hincapié en que el Gobierno "analiza todas las alternativas para valorar cuál debe ser la aportación de España" a esta misión. Se trata de ver, ha dicho, "qué se espera" de nuestro país, qué puede hacer y qué "tiene que hacer si quiere ser un activo importante en la Unión Europea".

En conversaciones con los periodistas, el ministro ha insistido en que está convencido de que la operación va a necesitar más recursos humanos y financieros que los inicialmente previstos, aunque también cree que "no va a ser una operación demasiado larga".

La clave está, a su juicio, en conseguir expulsar a los islamistas hacia el norte, fuera de las poblaciones y al desierto, donde no hay suministros, y conseguir cortar sus comunicaciones con el sur de Libia.QUE NO SE CONVIERTA EN UNA GUERRA ÉTNICA

Además, pasa por "encontrar la forma de integrar a los tuareg" y lograr "evitar que se convierta en una guerra étnica", un peligro que además tiene muy preocupados a los países de la zona, como Níger, que ve con recelos las negociaciones con el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), el grupo tuareg que inició las revueltas y que inicialmente se consideró más moderado que Ansar Dine, que se le sumó después, también tuareg pero con vínculos con Al Qaeda en el Magreb Islámico.

De todas estas cuestiones hablará también García-Margallo en sus reuniones con el presidente maliense, Dioncounda Traoré, con el primer ministro, Django Cissoko, y el ministro de Asuntos Exteriores, Tiéman Coulibaly, protagonistas todos de la transición tras el golpe de Estado militar de marzo del año pasado, liderado por el capitán Amadou Sanogo, que derrocó al presidente Amadou Toumani Touré, al que un sector del Ejército acusaba de no aplicar mano dura frente a la rebelión tuareg que declaró la independencia del Azawad.

En sus reuniones, García-Margallo les preguntará por el progreso de la hoja de ruta que presentaron a la comunidad internacional para conseguir su apoyo y que debe conducir a la celebración de elecciones el próximo mes de julio y por su compromiso con la mesa creada para el diálogo nacional. VUELTA "INMINENTE" A LA COOPERACIÓN SUSPENDIDA

La promulgación de estos compromisos condujo al Gobierno español a decidir el levantamiento de la congelación sobre los fondos de cooperación en vigor desde marzo del año pasado, tras el golpe de estado militar, y que podrían reactivarse "de manera inminente", según ha indicado García-Margallo.

De hecho, el ministro también ha anunciado que España se está planteando poner en marcha un "plan especial para Malí", con fondos especialmente dirigidos a ayudar a que los desplazados por el conflicto puedan volver a sus casas y recuperar las actividades, agrícolas o ganadoras, que tenían para sobrevivir. A este objetivo podrían dedicarse dos millones de euros que fueron congelados en 2012.

Además, la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) tiene previsto destinar 4,4 millones de euros en ayuda humanitaria, mientras se continúa estudiando la posibilidad de destinar más fondos a este país. En 2011, España destinó un total de 15 millones en ayuda oficial al desarrollo a Malí.

No obstante, García-Margallo ya ha reconocido que el esfuerzo que va a "poder hacer" España en términos presupuestarios "va a ser menor que en años anteriores", pero ha asegurado que pretende "mantener ese esfuerzo".

En 2012, la ayuda oficial al desarrollo española descendió un 70% de manera global respecto a 2011 y en 2013 ha vuelto a caer un 20% respecto a los muy recortados fondos del año anterior. Además, el Plan Director de Cooperación ha limitado de 51 a 23 sus países prioritarios de ayuda, entre los que sigue encontrándose Malí.

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