El pacto social, el salvavidas de Zapatero y los sindicatos

  • Ni el presidente del Gobierno ni UGT y CCOO podían permitirse otra huelga general. Ésa es la razón por la que se han visto obligados a firmar un pacto social que permite a Zapatero salvar la cara en sus momentos más bajos, mientras que a los sindicatos les permite recuperar cierto protagonismo.
El pacto social, el salvavidas de Zapatero y los sindicatos
El pacto social, el salvavidas de Zapatero y los sindicatos
Raúl Arias
Beatriz Toribio

Parece que vivimos en el mundo al revés. Mucha gente se pregunta: '¿por qué UGT y CCOO apoyan una reforma de las pensiones por la que hace apenas tres meses (29-S) nos pedían salir a la calle para protestar contra ella?' '¿A qué juegan con este "pacto social" que firman con Zapatero?' Y resulta más complicado entender cómo los dos grandes sindicatos dicen sí a elevar la edad de jubilación a los 67 años cuando otras centrales sindicales e Izquierda Unida, uno de los partidos políticos más cercanos a las tesis sindicalistas, se oponen radicalmente a ella y al pacto que se firma este miércoles. "No puede haber paz social con 4,7 millones de parados" recalcaba este lunes Cayo Lara, líder de IU.

¿Qué ha cambiado para este cambio de postura de los sindicatos? Nada. O más bien poco. Simple y llanamente Comisiones Obreras y UGT no tenían otra salida. Tras el fracaso de la huelga general del 29 de septiembre no podían permitirse que de nuevo se pusiera en evidencia en las calles su escaso liderazgo. Ya quedaron bastante tocados en septiembre: no logaron hacer tanto ruido como en 2002 contra José María Aznar y mucho menos como en 1988 contra Felipe González. Una segunda convocatoria hubiera sido profundizar más en la herida.

Y oponerse a la reforma de las pensiones hubiera obligado a seguir la senda de la movilización. Todo un desafío. Por eso, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo han optado por la vía de la negociación para tratar de recuperar parte del protagonismo perdido, adelantándose incluso a los partidos políticos con los que habría pactado el Gobierno la reforma de las pensiones.

Pero esta reforma por sí sola resultaba difícil de vender para los sindicatos. Mejor envolverla con un bonito papel de regalo: un gran pacto que se extienda a las políticas de empleo y a la negociación colectiva, dos de los temas en los que las centrales sindicales centran sus principales reivindicaciones. Y a eso se une un gran lazo, que representarían otros temas menores (energía, política industrial, etcétera) que le dan más empaque.


Méndez y Toxo junto a Alierta y Galán

Con este pacto social UGT y CCOO vuelven a los titulares, salen en la foto, se demuestran que siguen vivos…. Así, por primera vez en una visita de un mandatario extranjero, los líderes sindicales estarán presentes en los actos de recepción que se celebrarán el jueves con motivo de la visita de la canciller Angela Merkel. La pregunta es si no les saldrá más caro salir en la foto al lado de Zapatero y de los presidentes de las grandes empresas como Telefónica, Iberdrola o Acciona, que no salir. El tiempo lo dirá

También gana con este pacto social el nuevo presidente de la CEOE, Juan Rosell, que en los pocos meses que lleva al frente de la patronal empresarial puede presentar más y mejores resultados que su predecesor en los años que dirigió la CEOE. Y todo ello sin polémica, con un estilo muy diferente al de Díaz Ferrán.

Zapatero no quería ser un presidente con dos huelgas
 

Si alguien gana con este pacto es el presidente del Gobierno. Zapatero tampoco no podía permitirse una segunda huelga general. Hubiera sido un golpe muy duro en su momento más débil. No podía y no quería tampoco. Porque si ya fue un mal trago renunciar a pasar a la historia como el único presidente de la democracia que no había sufrido una huelga –como era su aspiración al inicio de esta legislatura-, más lo sería aparecer como el primer presidente al que los sindicatos, sus antiguos aliados, le hacen dos huelgas.

Cuando la crisis y las encuestas arrecian con fuerza, José Luis Rodríguez Zapatero consigue con este pacto social ha logrado tres cosas: evitar una huelga general, recuperar el diálogo social y presentarse ante los mercados y los organismos internacionales con los deberes hechos --reforma de las pensiones, de las cajas y un gran pacto con otras reformas pendientes (negociación colectiva, energética etc)--.Porque este pacto con UGT y CCOO se firma oficialmente justo 24 horas antes de que Merkel aterrice en Madrid y dos días antes de que se celebre en Bruselas el Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno donde se hablará de los riesgos a los que se enfrenta el euro.

Zapatero trata de evitar así que sus colegas europeos le vuelvan a sacar los colores como el pasado mes de mayo.Pero además, si bien ya no volverá a ser una luna de miel, con este pacto social Zapatero recupera el diálogo con los sindicatos y puede presentarse con otra cara ante el electorado que le llevó a La Moncloa y al que se enfrentó tras el decretazo de mayo (congelación de las pensiones, recorte del sueldo de los funcionarios….). La cuestión es si será suficiente para recuperar la confianza tanto de este electorado como de los mercados.

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