El parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara divide a sus alcaldes

  • Campillo de Ranas (Guadalajara).- La declaración de Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara el pasado jueves por las Cortes regionales ha puesto fin a un largo proceso que ha enfrentado a la escasa población que habita en una zona de singular belleza y con uno de los índices de población más bajos de España.

Campillo de Ranas (Guadalajara).- La declaración de Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara el pasado jueves por las Cortes regionales ha puesto fin a un largo proceso que ha enfrentado a la escasa población que habita en una zona de singular belleza y con uno de los índices de población más bajos de España.

Aprobada con los votos del PSOE, la Ley de Declaración del Parque Natural estaba llamada a suponer un hito para una zona de gran riqueza geológica, botánica y de fauna, que ocupa una superficie de 117.898 hectáreas en 35 municipios del noroeste de Guadalajara, que agrupan a unos tres mil habitantes, a razón de 0,4 por kilómetro cuadrado.

Sin embargo, durante la elaboración de dicha ley empezaron a surgir discrepancias por los efectos que tendría la nueva calificación sobre los usos agrícolas y ganaderos, principalmente.

Por un lado, están los defensores a ultranza de la declaración, como Francisco Maroto, alcalde de Campillo de Ranas, un municipio que forma parte de la red de pueblos de la Arquitectura Negra y que sostiene que la marca 'Parque Natural' va a ser muy positiva a nivel de desarrollo turístico para una zona que acoge cada fin de semana a miles de visitantes.

En la parte contraria está el alcalde de Gascueña de Bornova, Miguel Somolinos, quien aprobó en pleno y por unanimidad de todas las fuerzas políticas no formar parte del futuro Parque Natural de la Sierra Norte ante las diferencias y las discrepancias que se habían generado entre los vecinos, y la del alcalde de Cantalojas, Ángel Moreno, que también se ha desmarcado de la declaración.

Sin embargo, ambas posturas tendrán que lidiar ahora con la declaración de Parque Natural de una zona que ocupa una superficie de 117.898 hectáreas en 35 municipios y 55 núcleos de población y que acoge las tres cumbres de mayor altitud de Castilla-La Mancha: el Pico del Lobo (2.273 metros), el Cerrón (2.199 metros) y la Peña Cebollera Vieja o Tres Provincias (2.129 metros).

Maroto ha acogido la noticia con enorme satisfacción porque cree que era algo "tremendamente necesario", pero, argumenta que ahora tocará velar para que los encargados de proteger el parque desempeñen correctamente sus funciones y desarrollen una labor positiva.

"Por encima de egoísmos personales -dice- hay que buscar el bien general y lo cierto es que la declaración va a suponer que haya un control sobre los visitantes o las infraestructuras que se hagan", señala el alcalde de Campillo de Ranas.

Este regidor considera que por encima de las rencillas y puntos de vista -habla directamente de "politización y manipulación" de las personas que conviven en la zona-, ahora la labor de control será de todos: de agricultores, ganaderos, ayuntamientos y sector turístico.

Discrepa profundamente de las posturas que temen que la declaración perjudique a los usos ganaderos y agrícolas o que impida el desarrollo, ya que, a su juicio, la actividad agrícola y ganadera es muy minoritaria e insuficiente para vivir medianamente bien, mientras que, la mera declaración de Parque Natural, aportará una mayor riqueza a la zona.

Una postura con la que discrepa Ángel Moreno, alcalde socialista de Cantalojas, un municipio ubicado en el Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra y que se desmarcó del Parque Natural tras presentar una serie de enmiendas al PORN de la Sierra Norte.

Moreno cree que la declaración de parque natural no sólo no va a conseguir que aumente la población en la zona, sino que tampoco va a significar una mejora en el número de visitantes.

Además, ha calificado la declaración de "expropiación encubierta".

"En ningún caso va a ser positivo. Aquí lo que pasa es que se crea un parque, se expropia el territorio y, de repente, tú sólo estás ahí para pagar impuestos y tienes que pedir permiso para todo, y ello sin tener en cuenta que esta zona está así porque la hemos conservado nosotros, no porque lo haya hecho la administración", critica el alcalde socialista.

Esta tesis es compartida por el popular Miguel Somolinos, alcalde de Gascueña de Bornova, quien ha lamentado que se haya hecho una ley que ignore a la gente de la comarca, que no haya contado con los propietarios y que sólo haya tenido en cuenta la opinión de los alcaldes, quienes, en muchos casos no disponen de fincas o territorios.

Además, ha rechazado que la declaración vaya a suponer una inyección económica para la zona, puesto que la Ley no va dotada con dinero y, a nivel turístico, es complejo que, en la actual situación económica, suscite nuevas inversiones.

De hecho, Somolinos apunta directamente a "acto político" el hecho de que la declaración se haya llevado a cabo dos meses antes de las elecciones municipales.

"Yo lo único que espero es que los pocos puestos de trabajo sean para gente de la comarca", afirma el alcalde popular.

Por Juan Velasco Ramírez

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