El peligro de deshidratarse no sólo sucede en verano

    • Ahora tenemos menos sensacion de sed pero el cuerpo sigue necesitando entre ocho y diez vasos de líquido al día.
    • Las bebidas no alcohólicas que contengan más del 80% de agua y menos del 50 mEq/l de sal son fuente de hidratación
Vaso de agua
Vaso de agua

No sólo hay que acordarse de beber cuando estamos en plena ola de calor. La deshidratación en otoño e invierno es también un peligro porque en estas fechas el organismo deja de pedirlo.

El agua es un nutriente esencial que cumple importantes funciones en nuestro organismo, como el transporte de nutrientes, la eliminación de productos de desecho o la regulación de la temperatura, y posee cualidades estructurales y lubricantes. Los requerimientos de agua y líquidos diarios establecidos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) son, de forma general, de 2 y 2,5 litros por día para las mujeres y hombres adultos respectivamente.

No obstante, el Prof. Dr. Lluís Serra-Majem, Presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional y Catedrático de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria señala que "aunque cada vez hay más concienciación, la mayoría de la población europea no cumple estas recomendaciones. Beber entre ocho y diez vasos de líquido al día puede ser una buena referencia para mantener una adecuada hidratación en condiciones normales".

Además, explica, "no debemos confiar únicamente en la sensación de sed. Es necesario aumentar los requerimientos de líquidos en épocas de calor o si realizamos ejercicio físico intenso, y se debe vigilar el estado de hidratación de la población más vulnerable de sufrir hipo-hidratación, como los niños, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y las personas mayores". Pero no hay que olvidarse en otoño o invierno porque la sensacion de sed puede desaparecer. De hecho, se recomienda que el 75-80% del líquido que ingerimos a diario provenga de las bebidas.

A este respecto, el especialista señala que todas las bebidas no alcohólicas que contengan más del 80% de agua y menos del 50 mEq/l de sal son fuente de hidratación.

Ambos expertos recuerdan que una deshidratación de un 2% de pérdida de masa corporal o más tiene impacto en el rendimiento físico y puede afectar habilidades cognitivas como la coordinación visual-motora, la atención o la memoria a corto plazo.

Además, la deshidratación puede alterar la actividad cerebral y el funcionamiento de ciertos sistemas neurotransmisores involucrados en el proceso cognitivo y deteriorar el rendimiento en el ejercicio aeróbico, particularmente en los climas más cálidos.

Según el Prof. Serra-Majem, actualmente se está investigando mucho en el campo de la hidratación y la salud. Así, el especialista señala que "aumentar diariamente la ingesta de agua y líquidos en personas que sufren dolores de cabeza, especialmente entre aquellos que ingieren menos cantidades de las recomendadas, puede reducir la intensidad y el número de episodios".

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