El presidente libio asegura que no hay una "limpieza étnica" en Bani Walid

  • El presidente del Parlamento libio, Mohamed al Magrif, máxima autoridad del país, aseguró hoy que no se está llevando a cabo "limpieza étnica" alguna contra la población de Bani Walid, situada al sur de Trípoli, sino una ofensiva en busca de criminales.

Trípoli, 19 oct.- El presidente del Parlamento libio, Mohamed al Magrif, máxima autoridad del país, aseguró hoy que no se está llevando a cabo "limpieza étnica" alguna contra la población de Bani Walid, situada al sur de Trípoli, sino una ofensiva en busca de criminales.

"Estas operaciones militares no tienen como objetivo la ciudad o su población, sino gente malvada, buscada por la justicia, acusados que acechan entre su honrada población", dijo Al Magrif en relación a los enfrentamientos que estallaron a mediados de esta semana entre milicias rebeldes de la localidad y milicias progubernamentales.

En un discurso pronunciado en la televisión estatal Al Magrif insistió en que no "es una guerra de exterminio, de limpieza étnica como dicen algunos".

Habitantes de esta población han acusado a las milicias progubernamentales de bombardear de manera arbitraria la ciudad y de matar civiles.

Desde Bani Walid, el penúltimo bastión de Gadafi en caer en manos de los rebeldes, se acusa a los milicianos regulares de revanchismo, mientras que las brigadas que luchan junto a las nuevas autoridades acusan a los habitantes de esta población de dar cobijo a delincuentes.

El presidente del Congreso Nacional (Parlamento) también indicó que los enfrentamientos, que han causado "numerosos muertos y heridos", según Al Magrif, que no dio cifras, estallaron tras el fracaso de los contactos entre dirigentes y jeques locales.

El dirigente libio, que calificó lo sucedido de "lamentable", explicó que su origen se remontaba "a cuestiones históricas y a la negligencia al abordar desde hace un año cuestiones importantes y peligrosas".

Entre estas cuestiones, citó el hecho de que no se ha completado la "liberación" de algunas zonas del país o que no se ha construido el Ejército ni activado los aparatos de seguridad.

También se refirió a la proliferación de armas y a que no se ha dado suficiente importancia a los milicianos revolucionarios ni a las víctimas del conflicto que acabó con el régimen del dictador Muamar el Gadafi.

Además, mencionó, entre otros, la necesidad de reformas, reconstruir el sistema judicial, avanzar hacia la reconciliación nacional, la falta de oportunidades de trabajo o la necesidad de invertir en la educación de los jóvenes.

Un conjunto de factores que, para Al Magrif, han provocado la "destrucción de los distintos segmentos de la sociedad y favorecido la proliferación del caos y la corrupción.

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