El primer ministro no descarta disolver la Cámara Baja este viernes

  • El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, aseguró hoy en el Parlamento que está dispuesto a disolver este mismo viernes la Cámara Baja, lo que implicaría la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

Tokio, 14 nov.- El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, aseguró hoy en el Parlamento que está dispuesto a disolver este mismo viernes la Cámara Baja, lo que implicaría la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

En un debate con el presidente del opositor Partido Liberal Demócrata (PLD), Shinzo Abe, Noda dijo que está preparado para disolver el hemiciclo si la oposición promete apoyar varias medidas impulsadas a última hora por su Gabinete, incluida una reforma del sistema electoral.

Según la Constitución de Japón, los comicios legislativos se deben celebrar en un plazo de 40 días después de la disolución de la Cámara de Diputados.

En un principio las elecciones generales debían celebrarse en Japón en verano de 2013, pero el primer ministro se había comprometido a adelantarlas a cambio del apoyo de la oposición a una importante reforma fiscal aprobada en agosto.

Poco antes del debate, el primer ministro había indicado al secretario general de su partido, Azuma Koshishii, que le gustaría convocar los comicios el próximo 16 de diciembre, según la agencia local Kyodo, que cita fuentes de la formación gobernante.

Pese a las palabras del jefe del Gobierno, una parte de su partido, el Democrático (PD), se opone a adelantar los comicios en vista del bajísimo nivel de popularidad que sufre actualmente el Gabinete.

De hecho, las últimas encuestas apuntan a que de celebrarse elecciones anticipadas, el PD podría perder el Gobierno y cedérselo al opositor PLD, liderado por el ex primer ministro Shinzo Abe.

El PLD ya gobernó de forma prácticamente ininterrumpida durante más de medio siglo hasta 2009, cuando el PD obtuvo una histórica victoria electoral.

En estos tres últimos años el partido gobernante se ha visto desgastado, entre otras cosas, por la inestabilidad en su Ejecutivo (en solo dos años cambió tres veces de primer ministro), los problemas derivados del tsunami y de la crisis nuclear de 2011 y la débil situación económica de Japón.

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