El rey afronta su décima intervención quirúrgica, la tercera en la cadera

  • El Rey don Juan Carlos va a afrontar en los próximos días su décima intervención quirúrgica, en este caso en la cadera izquierda, una operación que se suma a otras a las que ha sido sometido a lo largo de su vida, dos de ellas en la cadera.

Madrid, 16 nov.- El Rey don Juan Carlos va a afrontar en los próximos días su décima intervención quirúrgica, en este caso en la cadera izquierda, una operación que se suma a otras a las que ha sido sometido a lo largo de su vida, dos de ellas en la cadera.

En este caso la intervención no se debe a una lesión causada por un accidente, pero se trata de remediar las molestias que sufre en la cadera y que han sido apreciables en las audiencias más recientes que ha celebrado en la Zarzuela, donde ha recibido al presidente del Patronato del Museo del Prado y al nuevo presidente dominicano directamente en su despacho y no en el Salón de Audiencias.

Ya en Cádiz, donde llegó anoche para participar en la XXII Cumbre Iberoamericana, don Juan Carlos ha recibido esta mañana en el Parador Nacional a los presidentes colombiano y ecuatoriano apoyado en una muleta, pero ha preferido servirse de dos para asistir al primer acto institucional de la cumbre: la visita al Oratorio de San Felipe Neri, sede de las Cortes Constituyentes de 1812.

El pasado 16 de octubre, el monarca había acudido a la Clínica USP San José para someterse a una revisión médica en la cadera.

Han pasado siete meses desde que, el pasado 27 de abril, el jefe del Estado fue intervenido quirúrgicamente en este mismo centro sanitario madrileño por un equipo médico encabezado por el traumatólogo Ángel Villamor.

Se trataba de reducir una luxación en la cadera derecha provocada por un mal movimiento después de que concluyera una reunión en el Palacio de la Zarzuela con el ministro emiratí de Asuntos Exteriores, jeque Abdullah bin Zayed al Nahyan.

La lesión se localizaba en la misma cadera que se había fracturado en Botsuana, donde había acudido en un viaje privado para participar en una cacería de elefantes y de la que había tenido que ser intervenido pocos días antes, el 14 de abril.

Aquella intervención se prolongó durante algo más de dos horas y consistió en la reconstrucción de la zona afectada y la colocación de una prótesis, ya que se había roto en tres fragmentos la cadera derecha, afectada a su vez de artrosis.

Habían pasado siete meses desde la anterior intervención del monarca, el 4 de septiembre de 2011, cuando el rey ingresó en la misma clínica para someterse a una cirugía bajo anestesia epidural por la rotura del tendón de aquiles.

La operación no requirió hospitalización, por lo que abandonó el centro al día siguiente y continuó la recuperación en el palacio de la Zarzuela.

También el pasado año, el 3 de junio, al rey se le implantó bajo anestesia epidural una prótesis en su rodilla derecha.

La artoplastia se prolongó durante tres horas y fue un éxito, según el parte médico, por lo que fue dado de alta en el hospital dos días después.

De otra índole fue su anterior operación; el 8 de mayo de 2010 don Juan Carlos había sido intervenido en el Hospital Clinic de Barcelona para la extirpación de un nódulo pulmonar, cuyo estudio permitió descartar la existencia de células malignas.

El rey se había sometido previamente a un chequeo anual en la Clínica Planas de la Ciudad Condal y los médicos consideraron necesario analizar posibles cambios morfológicos de una calcificación en el pulmón derecho, ya encontrada en estudios en años anteriores.

Abandonó el hospital el 11 de mayo y continuó su recuperación en la Clínica Planas, donde permaneció hasta el 21 de ese mes.

El 30 de septiembre de 2010 la Casa del Rey anunció que don Juan Carlos se encontraba totalmente recuperado y no requeriría posteriores revisiones.

Nueve años antes, el 1 de marzo de 2001, el monarca se sometió a una cirugía para eliminar unas varices en la pierna derecha en la clínica Sant Josep de Barcelona, donde permaneció un día.

Don Juan Carlos ha practicado desde muy joven deportes arriesgados, por lo que ha sufrido accidentes que le ocasionaron diversas lesiones.

En 1977, un golpe en su yate Fortuna le produjo dolores de espalda y le obligó a visitar al radiólogo en Palma de Mallorca.

Cuatro años después, el 21 de junio de 1981, el rey se golpeó contra una puerta de cristal tras jugar un partido de "squash" con el tenista Manolo Santana en la pista del palacio de la Zarzuela.

Sufrió varias heridas en el tórax, muslo, antebrazo izquierdo, las manos y la nariz, por lo que tuvo que ser intervenido durante varias horas y permaneció un mes con el brazo izquierdo escayolado porque un cristal le había cortado el nervio radial.

La pista de esquí de la estación suiza de Gstaad fue escenario el 3 de enero de 1983 de otro accidente en el que se produjo una fisura en la pelvis por una caída. Estuvo en la cama un mes y usó bastones y un corsé pélvico durante el período de recuperación.

Como consecuencia de esta fisura de pelvis, el 19 de julio de 1985 tuvo que ser intervenido en una clínica de Barcelona para extirparle una fibrosis que se le había formado.

El 31 de octubre de 1988 el monarca recibió un golpe en el ojo, durante una cacería en Suecia, lo que le obligó a usar un colirio y a ponerse gafas oscuras.

Por ello, don Juan Carlos asistió en noviembre de 1988 a la entrega del Premio Carlomagno con el ojo amoratado.

En las navidades de 1989, don Juan Carlos tuvo que ser atendido por un médico en la estación de esquí de Courchevel (Francia), tras sufrir lesiones leves a causa de una caída cuando esquiaba.

De diciembre de 1991 data otra lesión en su rodilla derecha que le afectó al platillo tibial externo, ocurrida cuando esquiaba en Baqueira Beret y fue derribado involuntariamente por otro esquiador.

El jefe del Estado tuvo que ser operado para reducirle una fractura por hundimiento de la meseta tibial externa de la rodilla, por lo que utilizó muletas hasta abril de 1992.

Además, el historial de lesiones del monarca incluye una fisura en la zona próxima a la muñeca derecha ocasionada tras resbalar en una placa de hielo cuando volvía de esquiar en la estación invernal de Candanchú en febrero de 1995.

Durante algunos días estuvo escayolado, sustituyéndola luego por una venda, y se vio obligado a acudir con el brazo vendado a la boda de su hija Elena, que tuvo lugar el 18 de marzo de 1995 en Sevilla.

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