El rey de Bélgica hace un llamamiento para poner fin a la crisis política

  • Bruselas.- El rey Alberto II hizo hoy un llamamiento urgente para poner fin a la crisis política y a la división entre comunidades lingüísticas, de la que dijo que puede dañar incluso a la construcción europea.

El rey de Bélgica hace un llamamiento para poner fin a la crisis política
El rey de Bélgica hace un llamamiento para poner fin a la crisis política

Bruselas.- El rey Alberto II hizo hoy un llamamiento urgente para poner fin a la crisis política y a la división entre comunidades lingüísticas, de la que dijo que puede dañar incluso a la construcción europea.

Bélgica celebra mañana su fiesta nacional inmersa en una gravísima crisis que se alarga desde hace más de un año y para la cual no parece encontrar una salida a causa de las divisiones entre los partidos flamencos y francófonos.

"Nuestra situación actual crea inquietud en nuestros socios y podría dañar nuestra posición en el seno de Europa, e incluso el impulso de la construcción europea", advirtió el monarca en un discurso televisado al país con motivo de la festividad.

El país lleva más de 400 días con un Gabinete provisional -el 17 de febrero pasado batió el récord mundial de días sin acuerdo tras unas elecciones, las del 13 de junio de 2010- dada la incapacidad de los partidos de pactar la formación de un Ejecutivo estable.

El pasado 8 de julio, el líder de los socialistas francófonos, Elio Di Rupo, presentó al monarca su dimisión como negociador, al ser incapaz de encontrar un punto de encuentro entre valones y flamencos.

Sin embargo, Alberto II no la aceptó, y se limitó a hacer un llamamiento a la responsabilidad de la clase política en un momento, dijo, de extrema "gravedad".

Pese a que Di Rupo presentó un programa de descentralización administrativa en la línea de las peticiones flamencas, la nacionalista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), la fuerza más votada en las últimas elecciones, consideró insuficientes las propuestas de Di Rupo, lo que cerró la puerta a la formación de un Ejecutivo estable.

No obstante, siete partidos, entre ellos dos flamencos, sí aceptaron como válido el programa de base de Di Rupo para iniciar unas negociaciones.

Los democristianos flamencos (CDV), que controlan el Gobierno regional de Flandes, anunciaron que deseaban unirse a la negociación con los otros siete partidos, lo que hubiera permitido sumar una mayoría de dos tercios en el Parlamento, pero finalmente ayer su presidente no se presentó a un encuentro sin dar explicaciones.

Esto dejó al aire por enésima vez las posibilidades de cerrar un pacto de Gobierno con un margen de maniobra suficiente en el Hemiciclo federal.

Di Rupo dio de plazo hasta mañana a las 11.00 GMT al CDV para decidir si finalmente entra en las discusiones.

Bélgica es un país dividido en tres regiones: la francófona y meridional Valonia; Flandes, en el norte del país y de habla neerlandesa, y la capital Bruselas, oficialmente bilingüe.

De hecho, en su discurso de hoy, el rey instó a los ciudadanos a interesarse por la lengua y la cultura de la otra comunidad, lo que dio por bueno una de las principales reivindicaciones flamencas.

Muchos miembros de esta comunidad, mayoritaria en el país, reprochan a la minoría francófona su negativa a aprender el neerlandés por considerar históricamente que la cultura francesa es superior.

Las tensiones por el idioma pueden palparse claramente en los alrededores de Bruselas, donde el régimen lingüístico de algunos municipios flamencos con una importante presencia de francófonos fue la causa de la caída del Gobierno que inició la crisis actual.

Otra de las reivindicaciones flamencas es que actualmente el norte es la región más rica y dinámica, mientras que Valonia, motor económico del país hasta el fin de la industria pesada y la minería en los años 60, lleva varias décadas de estancamiento económico, con un elevado paro crónico.

La actual crisis política ha provocado todo tipo de reacciones entre la sociedad civil, desde manifestaciones hasta la llamada "Revolución de las patatas fritas" -en honor a una de las señas culinarias nacionales-, una serie de curiosas movilizaciones estudiantiles en favor de una solución y de la unidad del Estado.

Los jóvenes miembros de esta "revolución" se pasearon por las calles de las principales ciudades repartiendo cucuruchos de patatas e incluso llegaron a organizar un 'strip-tease' público.

En un todo aún más cómico, un actor propuso que los hombres dejaran de afeitarse hasta que se formara un Gobierno y una senadora pidió a las esposas de los responsables de los partidos que iniciaran una huelga de sexo hasta que se alcanzara un acuerdo.

Mostrar comentarios