La mayoría de una corte de unas mil personas que lo acompañan en este viaje, según la prefectura, dos tercios o la mitad de los saudíes presentes en Cannes, dejarán las residencias que ocupan en La Croisette, famoso lugar de la ciudad balnearia.
La presencia del rey Salman creó polémica, puesto que el acceso a la playa vecina de la villa real de Golfe-Juan, en la comuna de Vallauris, fue prohibido al público.
La fuente policial no estaba en situación de indicar si el monarca, que llegó a la Costa Azul el 25 de julio, volverá durante agosto a su mansión.
La embajada saudí había señalado que el soberano planeaba quedarse en Francia entre el 20 de julio y el 20 de agosto. No obstante, las autoridades francesas creen poco probable que regresa a Francia antes de volver a su país.
El dispositivo de seguridad desplegado en el lugar será progresivamente levantado. La "privatización" de esta playa provocó una fuerte polémica local. A través de Internet se juntaron unas 150.000 firmas rechazándola.
El entorno del rey manifestó su desagrado por la acogida brindada, pero no indicó si su partida con antelación estuviera vinculada a esta situación en concreto.
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