El sectarismo y la ineficacia política del gobierno egipcio han conducido a la crisis del país


El investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe en el Real Instituto Elcano, Haizam Amirah Fernández, sostuvo este jueves que el golpe de estado sucedido en Egipto responde al apoyo popular de acabar con un gobierno “visto como sectario y que no daba resultados a los problemas económicos y sociales” del país.
En declaraciones a Servimedia, Amirah Fernández dijo que el gobierno del depuesto presidente egipcio Mohamed Morsi se ha caracterizado por “la torpeza política de los actuales dirigentes”.
Además, explicó que esta “torpeza política” viene determinada por la incapacidad de Morsi para evitar la polarización social en Egipto, por configurar una Constitución que ha dividido el país, y por haber “hermanizado” las instituciones del Estado.
Asimismo, el experto indicó que Morsi estaba al servicio de los Hermanos Musulmanes y que “hacía caso a Muhammed Badie”, el octavo presidente de esta organización islamista. En este aspecto, señaló que las juventudes de los Hermanos Musulmanes están molestas por la imagen que sus dirigentes han mostrado de la Hermandad.
Con respecto al papel que ha tomado el Ejército egipcio en el derrocamiento de Morsi y la derogación de la Constitución, Amirah matizó que no debe calificarse esta intervención de golpe de Estado, sino que, el Ejército “tuvo que responder a la presión del pueblo”.
Además, estimó que los militares egipcios no quieren gobernar, pero sí “reinar sin gobernar” mediante la tutela del proceso democrático y haciendo “las cosas de forma diferente a 2011”. Asimismo, destacó la importancia del orden en el que se desarrollen las decisiones en este proceso.
Amirah aseveró que en el proceso democrático que pueda abrirse en Egipto no se puede iniciar “una campaña contra los Hermanos Musulmanes porque son parte de la sociedad”, por lo que pidió que se cuente con ellos en este proceso.

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