El subdelegado de Álava, preocupado por el resurgir de la violencia callejera

  • El subdelegado del Gobierno en Álava, Antonio Sáenz de Santa María, ha mostrado hoy su preocupación por el resurgir de la violencia callejera y ha dicho que "no es más que otra forma de mantener el chantaje terrorista sobre la sociedad".

Vitoria, 12 abr.- El subdelegado del Gobierno en Álava, Antonio Sáenz de Santa María, ha mostrado hoy su preocupación por el resurgir de la violencia callejera y ha dicho que "no es más que otra forma de mantener el chantaje terrorista sobre la sociedad".

Sáenz de Santa María ha tomado posesión hoy del cargo de subdelegado en Álava en un acto presidido por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, quien ha agradecido su disposición y compromiso al aceptar el nombramiento en una situación económica "complicada".

En presencia de mandos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, ha agradecido a la Guardia Civil y a la Policía Nacional "su acción fundamental en la derrota del terrorismo", y ha apoyado la continuidad de su presencia en Euskadi porque "resulta tranquilizadora para una buena parte de la ciudadanía y garantía de libertad".

Asimismo, se ha mostrado convencido de que los demócratas y la sociedad civil están ganando la batalla al terrorismo pero ha advertido de que "todavía no está todo terminado".

En este sentido, ha emplazado a "los verdugos" a disolverse y a entregar las armas, y ha admitido que le preocupa especialmente "la incapacidad del entorno social del terrorismo para aceptar la diversidad, la diferencia y la política".

Ha opinado que "el resurgir de la violencia callejera" indica que persiste el "proyecto totalitario" y ha advertido de que la "kale borroka" no es más que "otra forma de mantener el chantaje terrorista sobre la sociedad".

Sáenz de Santa María ha asegurado que "queda mucho por hacer para ganar la paz" y ha secundado la opinión de la viuda de Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, quien recientemente dijo que "no se puede construir una convivencia en paz duradera sin que la violencia sea deslegitimada y se afirme el respeto a la vida, a la dignidad y a la libertad de todas las personas".

Ha reconocido el papel de las víctimas del terrorismo y ha dicho que son "la figura del orgullo cívico, de la fuerza moral" y "tienen que ser las protagonistas de cualquier nuevo tiempo que se desee iniciar".

"Espero que todos podáis encontrar en esta casa el consuelo, el apoyo y el cariño que, a veces, una sociedad humillada y atemorizada os ha negado", ha concluido.

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