El 'violador de la capucha' admite nueve agresiones y pena de 18 años de cárcel

  • Valladolid.- El conocido como "el violador de la capucha", J.A.V.M., de 21 años, ha reconocido hoy que cometió nueve agresiones sexuales en la capital vallisoletana y ha admitido así las acusaciones del ministerio fiscal que ha solicitado una condena de dieciocho años de cárcel.

El 'violador de la capucha' admite nueve agresiones y pena de 18 años de cárcel
El 'violador de la capucha' admite nueve agresiones y pena de 18 años de cárcel

Valladolid.- El conocido como "el violador de la capucha", J.A.V.M., de 21 años, ha reconocido hoy que cometió nueve agresiones sexuales en la capital vallisoletana y ha admitido así las acusaciones del ministerio fiscal que ha solicitado una condena de dieciocho años de cárcel.

El encausado ha comparecido hoy en una vista oral, celebrada a puerta cerrada en la Audiencia de Valladolid, en la que las acusación ha reclamado además cinco años de sometimiento a un programa de educación sexual y tratamiento médico, por hechos ocurridos en 2009, han informado a EFE fuentes del caso.

El fiscal ha tenido en cuenta al solicitar la condena la eximente incompleta de incapacidad parcial que padece el acusado, ya que presenta un retraso mental moderado y un trastorno para el control de sus impulsos, por lo que además ha demandado tratamiento respecto al control de sus impulsos sexuales y veintiocho años de alejamiento de las víctimas.

El conocido como 'violador de la capucha' fue detenido en Valladolid el 17 de septiembre de 2009, tras una intensa investigación policial, por nueve agresiones sexuales, tres de ellas consumadas, y todas cometidas con la cabeza cubierta con una pasamontañas y la capucha de una sudadera, según informaron fuentes policiales tras el arresto.

Las indagaciones policiales se abrieron a raíz de hechos ocurridos en febrero de hace dos años, cuando una mujer denunció que había sufrido una agresión sexual en el garaje de su casa, intimidada con una navaja.

Sólo una semana después, un hombre de similares características volvió a actuar en otra calle de la ciudad, sin llegar a cometer la agresión porque la víctima consiguió cerrar rápidamente la puerta del portal.

En abril se registró un nuevo suceso, cuando atacó a una joven que se dirigía a su casa, fue intimidada con un objeto punzante y conducida hasta un parque, donde sufrió la agresión sexual.

El garaje de la finca de otra joven fue el escenario elegido de nuevo por el encausado en abril para la cuarta agresión, tras lo que intentó llevar a cabo un acto similar, aunque en este caso desistió de sus propósitos porque la víctima le comunicó que tenía la menstruación.

A estos sucesos, se sumó la denuncia de una joven que explicó cómo impidió que entrara en su portal del barrio de La Rondilla un chico que llevaba puestos una sudadera y un pasamontañas.

En mayo, el agresor volvió a actuar, aunque la víctima logró escapar y acceder al portal de su casa.

No fue hasta septiembre cuando el acusado trató de consumar otro delito, pero la agredida pidió ayuda y consiguió así que el asaltante se diera a la fuga.

Durante el mismo mes, una nueva víctima fue abordada en un portal, aunque cuando el encausado intentó taparle la boca para que no gritara, le mordió la mano y logró escapar.

Poco después, la Brigada de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía identificó a un hombre que paseaba por el centro de la ciudad y reunía las características físicas definidas por las víctimas.

Le siguieron durante varios días y finalmente le detuvieron cuando se encontraba en su lugar de trabajo e intervinieron en su casa varias prendas que correspondían a aquellas que las agredidas habían descrito.

Ya en 2002 el encausado, jardinero de oficio, había sido detenido en Soria por la supuesta autoría de una coacción sexual cometida contra una menor, según explicaron tras el arresto en Valladolid fuentes de la subdelegación del Gobierno en Soria, provincia natal del acusado.

Ahora, la Audiencia Provincial de Valladolid, dictará sentencia en función del reconocimiento de los hechos por parte del acusado coincidentes con los planteados por las acusaciones pública, particulares y la defensa.

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