Embarazada a la que se negó el aborto no recibió las "atenciones básicas"

  • Los médicos que trataron a Savita Halappanavar, la mujer india fallecida hace un año después de que se le denegase un aborto en un hospital irlandés, no le administraron las "atenciones más básicas", determinó un informe divulgado hoy.

Dublín, 9 oct.- Los médicos que trataron a Savita Halappanavar, la mujer india fallecida hace un año después de que se le denegase un aborto en un hospital irlandés, no le administraron las "atenciones más básicas", determinó un informe divulgado hoy.

Según la investigación de la Autoridad sobre Calidad e Información Sanitaria de Irlanda (HIQA), que supervisa los estándares de la profesión médica, los facultativos no actuaron adecuadamente cuando la salud de Savita comenzaba a empeorar.

La mujer, de 31 años y embarazada de 17 semanas, falleció el 28 de octubre de 2012 a causa de una septicemia después de que los médicos del Hospital de Galway se negaran a practicarle un aborto, tras alegar que la ley lo impedía mientras latiera el corazón del feto, pese a que su salud se deterioraba.

En opinión de la HIQA, los médicos no fueron capaces de reconocer que la enferma estaba padeciendo una infección y tampoco reaccionaron ante las señales que apuntaban a un empeoramiento de su estado.

"La investigación también ha identificado una serie de oportunidades perdidas para intervenir en su cuidado que, de haberse tenido en cuenta, podría haber dado lugar a un resultado diferente para Savita Halappanavar", explicó en el texto el director de la HIQA, Phelim Quinn.

Para Quinn, "una atención y un tratamiento eficaz" depende de la "supervisión y registro periódico" de las "observaciones clínicas del paciente" y de un "reconocimiento de su importancia", procedimientos que no se dieron en este caso.

La investigación de la HIQA se suma a las desarrolladas por un juzgado de Galway, que determinó que la muerte de Savita fue consecuencia de un "accidente médico", y a la del Ministerio irlandés de Sanidad, que identificó varios fallos en el tratamiento ofrecido a la embarazada.

Este caso provocó una gran conmoción en Irlanda y llevó al Gobierno de Dublín a revisar la normativa sobre interrupciones de embarazos, una de las más restrictivas de Europa, y a presentar el pasado julio la primera ley del aborto en la historia del país.

La normativa anterior solo permitía abortos en circunstancias muy limitadas cuando la vida de la madre corría peligro, pero seguía directrices muy vagas recogidas en la Constitución, lo que dejaba esta cuestión en manos de los médicos, que normalmente tendían a negarse a interrumpir embarazos por miedo a ese vacío legal o por convicciones religiosas.

La nueva ley establece con más claridad en qué casos se autorizará la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre corra un peligro "real y sustancial" e incluye la amenaza de suicidio como motivo para abortar.

El marido de Savita, Praveen Halappanavar, ha presentado una demanda judicial por negligencia contra el servicio sanitario público irlandés (HSE, sus siglas en inglés).

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