En el PP creen que el cónclave socialista refuerza la idea de elecciones anticipadas

    • Los populares consideran que las líneas rojas de los barones dejan a Sánchez sin salida. 

     

Rajoy, con Sáenz de Santamaría, en el Congreso.
Rajoy, con Sáenz de Santamaría, en el Congreso.

Génova tenía en los últimos días una fecha bien señalada, la de este sábado. La mirada, en sede adversaria, la socialista. Los populares esperaban que el comité federal marcase de nuevo a Sánchez las líneas rojas de las negociaciones. A la del rechazo a formar gobierno con Podemos, se añade ahora la negativa de los dirigentes territoriales, Susana Díaz a la cabeza, de contar con la complicidad, por activa o pasiva, de las formaciones independentistas. Las exigencias limitan al secretario general a una única salida: contar con el apoyo expreso de Ciudadanos, y el respaldo o la abstención de Podemos. Un escenario muy complicado para Sánchez.

El comité por tanto ha venido a reafirmar a los populares la idea que vienen trabajando desde hace semanas, que la única salida pasa por unas nuevas elecciones. La solución les satisface, a la vista de las últimas encuestas. El PP volvería a ganar los comicios y podría recuperar a parte de su viejo electorado, que en diciembre se decantó por ni siquiera acudir a las urnas. Confían también en arrancar escaños a Ciudadanos, formación a la baja en las encuestas.

Por eso, en el PP se cuenta paradójicamente con la “complicidad” de los barones que van cerrando las puertas a Sánchez en su empeño de ser investido. El escenario más probable, contemplan, es que Felipe VI encargue el martes al socialista intentar formar gobierno. Por el momento, el secretario general no ha iniciado conversaciones, un extremo que ha preferido aplazar hasta recibir la indicación del rey. Será entonces, sostiene, cuando tratará de buscar un pacto “a izquierda y derecha”. Esto es, sin mencionarlos, Podemos y Ciudadanos.

El partido de Rivera se ha adelantado ya a decir que no apoyará ningún gobierno en el que esté Podemos, e Iglesias insiste en que, pese a que tendrá cierta flexibilidad en las negociaciones, sus condiciones son las que son. Y estas siguen siendo consideradas un “chantaje”, “insulto” y “desprecio” para los socialistas.

En el PP se han lanzado a la ofensiva de tratar de desprestigiar cualquier acuerdo del PSOE con Podemos, al que atribuyen una arriesgada inestabilidad. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, ya advirtió este sábado de que ese pacto no sólo pondría en juego un sillón en La Moncloa, sino muchos millones de empleos durante décadas. Cospedal avisó de que un acuerdo de socialistas con la formación liderada por Pablo Iglesias o con nacionalistas puede pesar “como una losa” para la recuperación de la economía y del empleo, y consideró incomprensible que Sánchez prefiera “sentarse a hablar con nacionalistas, extremistas y radicales, y no con quien ha ganado las elecciones”. “Creo que ni siquiera lo entiende una parte importante de los votantes socialistas”, agregó.

El vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, ha considerado este domingo que la opción de "Gobierno radical que Sánchez tiene en la cabeza" sólo podría darse si pasa por Podemos, algo que excluiría automáticamente a Ciudadanos "y, por tanto, la única garantía que tendía es la connivencia con los partidos separatistas, lo que faltaría a su palabra y a su militancia", ha aseverado. ERC y DiL, no obstante, se mantienen en el “no” al pacto PSOE-Podemos si éste no recoge un apoyo expreso a la soberanía plena del Parlament y el derecho a decidir de los catalanes.

Maroto ha confirmado también que si Rajoy declinará la propuesta de formar gobierno si el rey Felipe VI se lo propone este martes.

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