En España aún estamos a años luz en teletrabajo

  • El Congreso debate este martes una iniciativa para regular el trabajo a distancia en nuestro país, donde esta modalidad es aún muy incipiente: sólo un 8% de profesionales opta por el teletrabajo frente al 17% de los países nórdicos y un 15% de Estados Unidos.

Teletrabajo (Raúl Arias)
Teletrabajo (Raúl Arias)
lainformacion.com
L. Albor / B. Toribio

Guido vive a más de una hora de su trabajo pero eso para él no supone ningún problema, desayuna tranquilamente mientras al otro lado de la ventana contempla el habitual atasco. Trabaja desde casa por lo que con sólo encender el ordenador transforma su salón en una oficina en la que además, en los tiempos muertos, aprovecha para poner una lavadora, cocinar, salir a dar un paseo o hacer una llamada personal.

No existen datos oficiales sobre el teletrabajo en España, solamente estudios universitarios y estimaciones de sindicatos y patronal que colocan a esta "especie" de empleados en torno a un 8%. El porcentaje resulta muy bajo si lo comparamos con los países nórdicos (17%) o EEUU (15%).

"En España existe una desconfianza secular a la actitud de los trabajadores por parte de los empresarios y los directivos" afirma el sociólogo Ángel Belzunegui a lainformacion.com. "En ciertos países europeos (Dinamarca y Suecia, por ejemplo) se ha extendido más gracias a la corresponsabilidad de trabajadores y empresarios en esta modalidad de trabajo".

Este martes se podría dar un paso hacia adelante en esta sentido. El Congreso de los Diputados debate una proposición de ley del Partido Popular en la que se insta a modificar el Estatuto de los Trabajadores para regular el teletrabajo y que los profesionales que se acojan a esta modalidad tengan los mismos derechos que cualquier otro trabajador.

El PP justifica esta iniciativa en que el teletrabajo está aumentado en nuestro país y en que "es una de las mejores vías para motivar a los empleados y favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar", reza el texto que se debate hoy. En él se recogen ocho puntos con los que se pretende normalizar el contrato de trabajo a distancia regulando los derechos y obligaciones del trabajador y de la empresa y que se tengan en cuenta elementos como la carga de trabajo, el rendimiento o la intimidad del empleado de cara a las medidas de vigilancia y control que pueda establecer la empresa.

Una fórmula en expansión

"Las empresas más proclives al teletrabajo son las de telecomunicaciones, soft tecnológico y en general, el diseño industrial" afirma Belzunegui. Dentro de este sector se encuentra Alberto López: "Sin lugar a dudas prefiero el teletrabajo. Para actividades como la programación, es fundamental disponer de un entorno silencioso, lo que desgraciadamente no se puede encontrar en muchas oficinas" afirma.

El tiempo que se perdía "calentando la silla" fue lo que movió a M.G. a proponerle a su jefa la fórmula: "Comencé a teletrabajar porque estaba en el paro, una antigua jefa se enteró y me quiso volver a fichar con un trabajo en la oficina. A mí no me compensaba, y entonces me ofrecieron teletrabajar. Acepté, y ya llevo más de un año".

Eso sí, tanto el material necesario para llevar a cabo su trabajo como periodista en una web como los gastos relacionados con su actividad salen de su bolsillo. Todo lo contrario de lo que ocurre con Guido P.: "Te dan un móvil y un portatil y también es posible pasar el gasto de ADSL como gasto de empresa" afirma este consultor "para mí el ir fisicamente a la oficina es una opción más".

Pese a que hay estudios dentro del sector del diseño tecnológico que muestran un aumento de la productividad con el teletrabajo, es dificilmente extendible a otros tipos de teletrabajo o sectores de produccion. "Hacen falta mas recursos para investigar los efectos" explica Belzunegui.

Solo ante el peligro

Pero no es todo tan bonito como parece. Pese a que el teletrabajo te permita ser más flexible con el tiempo de trabajo y de ocio o suponga un ahorro en desplazamientos lo cierto es que hay que renunciar a la relación con los colegas.

"Teletrabajar puede ser muy comodo, pero cuando uno vuelve alaoficina, verdaderamente noconoce a nadie, cuando hay alguna reunion a la que debo ir por fuerza, quedo aislado, no conozco a nadie" afirma Guido.

"Si pudiera elegir, escogería teletrabajo cuatro días a la semana y un día a la semana en la oficina, para poder relacionarme algo más con gente... Hay veces que el ordenador y el facebook te empiezan a parecer sospechosamente "humanos"", explica M.G.

En este sentido, la iniciativa que se debate en el Congreso propone que la empresa "deberá informar a estos trabajadores de la existencia de puestos de trabajo vacantes más cualificados o remunerados en la empresa o centro de trabajo, a fin de garantizarles las mismas oportunidades de acceso que a los demás trabajadores".

¿Qué se necesita para "teletrabajar"?

Cada empresa es un mundo y en relación al teletrabajo sucede lo mismo. Sin embargo, hay dos componentes comunes que en una casa no pueden faltar si queremos trabajar desde ella: un ordenador y una conexión a internet. La proposición de ley que se debate hoy no profundiza en este sentido pero sí aboga por que el empresario deberá establecer "los medios oportunos para asegurar el acceso efectivo" de los trabajadores a distancia.

Ahora bien, es importante que esté garantizado un acceso seguro a la red corporativa vía internet, así como tener los programas necesarios para conseguir una comunicación fluida con la empresa. Para ello, dispones de numerosos programas de mensajería instantánea que, además, permiten comunicarse mediante voz de modo gratuito. Entre ellos se encuentran MSN Messenger, Yahoo! Messenger o Google Talk, programas sencillos de usar y rápidos.

En el caso de que necesites compartir documentos con tus compañeros, existen varias opciones que mantienen la información almacenada. Un FTP permitirá intercambiar archivos muy grandes, pero un "google docs" será más eficaz si necesitas que varias personas accedan a textos, Power Points etc, y los modifiquen en el propio servidor de manera conjunta. El uso de estas herramientas, a veces, requiere una formación específica, y una instalación ad hoc en el lugar de trabajo del empleado.

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