En Iowa comienza el martes la selección del rival de Obama

  • El largo proceso para la elección del presidente de Estados Unidos comenzará el martes próximo, recién estrenado el año, en Iowa, donde los aspirantes republicanos competirán entre ellos por primera vez en su pugna por desbancar a Barack Obama de la Casa Blanca.

José Manuel Sanz

Washington, 30 dic.- El largo proceso para la elección del presidente de Estados Unidos comenzará el martes próximo, recién estrenado el año, en Iowa, donde los aspirantes republicanos competirán entre ellos por primera vez en su pugna por desbancar a Barack Obama de la Casa Blanca.

Ese estado del medio oeste americano abre tradicionalmente el proceso de primarias con el que los dos grandes partidos del país, el republicano y el demócrata, eligen a sus respectivos candidatos a la presidencia.

En esta ocasión, los demócratas ya han "elegido" en la medida en que el actual presidente, que anunció en abril su deseo de optar a un segundo y último mandato, no ha encontrado rival y el partido se mantiene unido y confiado en conquistar el 6 de noviembre la reelección.

La incógnita se sitúa en el "viejo gran partido", como se le conoce al partido republicano, donde no menos de siete candidatos se disputan el honor de enfrentarse al presidente.

En el pasado la tarea de designar al candidato correspondía a los jerarcas de cada partido, pero desde comienzos del siglo XX y sobre todo a partir de las reformas de la década de 1970 republicanos y demócratas fueron dejando la decisión en manos de afiliados y simpatizantes.

Aunque cada partido tiene sus reglas y cada estado sus particularidades, las elecciones internas suelen adoptar dos formas básicas: los llamados "caucus" y las primarias propiamente dichas.

Los caucus son asambleas ciudadanas o de vecinos en las que los votantes registrados del partido se reúnen y debaten sobre los aspirantes antes de decantarse por una u otra opción.

En las primarias convencionales el militante -y a veces el independiente también, en el caso de las "primarias abiertas"- deposita su voto sin debate ni transacción ninguna.

En un caso como en otro, y en ambos partidos, la elección es indirecta, esto es, los ciudadanos eligen en realidad a delegados que representarán al estado en la convención nacional donde se decidirá finalmente quién es el nominado.

La convención nacional republicana se celebrará del 27 al 30 de agosto en Tampa (Florida), mientras que la convención demócrata tendrá lugar del 3 al 6 de septiembre en Charlotte (Carolina del Norte).

El resultado de la convención suele conocerse de antemano, a menos que las primarias hayan sido tan reñidas que el desempate lo resuelvan entre los delegados.

Todo indica que en 2012 a los republicanos les queda por delante un larga lucha fratricida, como fue el caso de los demócratas en 2008, cuando un inexperto que no contaba con el apoyo del aparato le sostuvo el pulso hasta el final a la favorita, Hillary Clinton, a la que terminaría venciendo.

En aquellas elecciones, los estados que celebraron "caucus" fueron decisivos, según recordaba recientemente el profesor Allan Lichtman, de la Universidad Americana, en una charla con los medios de comunicación extranjeros en Washington.

"Obama tenía una estrategia para ganar en esos estados y fueron los que marcaron la diferencia", asegura este experto.

Por lo general, los ciudadanos que participan en las primarias (no más del 25% de sus electores en el caso republicano) suelen ser los más comprometidos con el partido y los más militantes.

De ahí que, en esta fase inicial de la contienda, los aspirantes compitan entre ellos por exhibir las credenciales más puras.

En el caso conservador, esto se manifiesta en lo económico por la exaltación de la libertad de empresa y la exigencia de que se reduzca el tamaño y el gasto del gobierno y, en lo "social", por el rechazo del aborto y del matrimonio homosexual, y la defensa a ultranza de la moral cristiana.

En Iowa, el 3 de enero, los aspirantes republicanos tendrán ocasión de chequear sus posibilidades, pero habrá que esperar hasta las primarias de Nuevo Hampshire, justo una semana después, a las de Carolina del Sur, el 21 de enero, y a las de Florida, el 31, para conocer verdaderamente a los finalistas.

De creer a Lichtman, después de Carolina de Sur sólo deberían quedar dos candidatos (tal vez el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, y el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich) más un tercero sin posibilidades pero incombustible, Ron Paul, el veterano ultraliberal, o "libertario" como se le llama en EEUU, que cuenta con un séquito de partidarios extremadamente fiel.

Pero poco importará el nombre porque, según este experto, que ha desarrollado un método hasta ahora infalible para predecir quién va a ser presidente, Obama volverá a sentarse en el Despacho Oval a finales de 2012.

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