Enviado de la ONU llega a Birmania a evaluar al nuevo Gobierno de exmilitares

  • El relator de la ONU en Birmania, Tomás Ojea Quintana, inició hoy una visita de cinco días en Birmania (Myanmar) para evaluar el respeto a los derechos humanos del nuevo Gobierno civil del país formado por exgenerales.

Bangkok, 21 ago.- El relator de la ONU en Birmania, Tomás Ojea Quintana, inició hoy una visita de cinco días en Birmania (Myanmar) para evaluar el respeto a los derechos humanos del nuevo Gobierno civil del país formado por exgenerales.

Quintana llegó al aeropuerto de Rangún y se dirigió en coche hacia la capital Naypyitaw donde se entrevistará con varios miembros del Gobierno tras recibir recientemente un visado que le había sido denegado durante más de un año.

También tiene previsto visitar la prisión de Insein, en Rangún, y entrevistarse con la líder del movimiento democrático, Aung San Suu Kyi, a quien no pudo ver en su última visita en marzo de 2010 al estar bajo arresto domiciliario.

La concesión del visado aparece como una nueva muestra de distensión del nuevo Ejecutivo, formado en marzo tras las elecciones de noviembre y el traspaso de poderes de la Junta Militar que gobernó el país desde 1962.

Su visita coincide con los gestos sin precedentes del Gobierno de reconciliación con Suu Kyi, quien ayer culminó una estancia de dos días en la capital, donde acudió invitada a participar en una conferencia sobre reformas económicas.

Durante su visita, Suu Kyi recibió un trato preferencial por parte de las autoridades y se entrevistó durante una hora con el nuevo presidente del país, el exgeneral Thein Sein, reunión de la que salió "satisfecha" y "contenta".

En su anterior visita, Quintana enfureció a los militares al denunciar los abusos del régimen contra los derechos humanos y proponer a la ONU la creación de una comisión de investigación, punto de vista que reiteró en mayo en una rueda de prensa en Bangkok.

"La comisión de investigación es una opción y no la descarto", dijo entonces Quintana, que acusó al Gobierno de mantener su política de abusos con confiscaciones de tierra, trabajos forzados o asesinatos.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian además que las prisiones birmanas mantienen en cautividad a unos 2.100 presos políticos.

Pero tras las elecciones, los dirigentes del país empezaron a tomar medidas aperturistas, la primera de ellas la liberación de Suu Kyi del arresto domiciliario en el que permaneció durante siete años y medio.

Recientemente Birmania ha solicitado el apoyo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) para encauzar unas reforma de su estructura financiera y además planea presidir, en 2014, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

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