Bruselas, 22 ene.- Los enviados especiales de Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, Estados Unidos y Bélgica para la región de los Grandes Lagos pidieron hoy "contención" a las autoridades de la República Democrática del Congo tras las últimas protestas que han dejado al menos doce muertos.
En un comunicado, el equipo de enviados internacionales expresó sus condolencias por las víctimas y su "profunda preocupación" por unos disturbios que comenzaron el lunes para intentar parar la aprobación de una ley electoral que prevé realizar un censo de población antes de las elecciones presidenciales de 2016.
Varias organizaciones de la sociedad civil han denunciado el proyecto de ley electoral como una maniobra del presidente congoleño, Joseph Kabila, para prolongar su mandato sin contravenir la Constitución porque consideran inviable realizar el censo antes de las elecciones.
El grupo de enviados pidió al Gobierno de la RDC que ejerza "contención para mantener abierto el espacio político" y que "permita la expresión pacífica de las opiniones".
A su vez, los enviados internacionales condenaron "cualquier uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos y desarmados", así como las detenciones arbitrarias, y manifestaron su preocupación por los informes que apuntan a restricciones impuestas a determinadas páginas web, al envío de mensajes a móviles o incluso a emisoras de radio.
"La libertad de comunicación y expresión son derechos esenciales en una democracia y no deberían ser coartados", dijeron.
Por último, reiteraron su apoyo a un proceso electoral "creíble, oportuno, inclusivo y pacífico", y animaron al Gobierno a concluir un calendario electoral en el periodo previsto por la Constitución.
En ese contexto, animaron a las autoridades, la oposición y a la sociedad civil a facilitar un "diálogo inclusivo y transparente entre todas las partes".
Durante las manifestaciones de estos días han sido detenidas más de 300 personas, según el Ejecutivo congolés.
El jefe de Estado congolés accedió al poder tras el asesinato de su padre, Laurent-Désiré Kabila, en 2001 y posteriormente ha sido elegido presidente para dos mandatos consecutivos de cinco años.
Según la Constitución de la RDC, el presidente no podría optar a un tercer mandato, por lo que la oposición y los manifestantes ven en la nueva ley electoral un intento de vulnerar ese precepto.
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