España dará 6 millones de euros anuales al programa aliado de aviones espía

  • España aportará seis millones de euros anuales al programa de vigilancia terrestre desde el aire de la OTAN, que gastará en los próximos años más de 3.000 millones de euros en comprar y operar aviones espía no tripulados.

Bruselas, 16 abr.- España aportará seis millones de euros anuales al programa de vigilancia terrestre desde el aire de la OTAN, que gastará en los próximos años más de 3.000 millones de euros en comprar y operar aviones espía no tripulados.

Según explicó hoy una fuente aliada, la contribución española se corresponde con el porcentaje que habitualmente tiene asignado el país dentro de los presupuestos comunes de la Alianza Atlántica.

El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, ya avanzó la pasada semana que España participará en el programa, en cuya puesta en marcha la OTAN lleva trabajando prácticamente dos décadas.

Finalmente, los miembros de la organización han logrado un acuerdo para que trece países (Bulgaria, República Checa, Estonia, Alemania, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Estados Unidos) se hagan cargo de la compra de cinco "drones" -aviones no tripulados- Global Hawk.

Se estima que los aparatos y toda una serie de infraestructuras necesarias para que puedan operar tendrán un coste de algo más de 1.000 millones de euros, según otra fuente de la OTAN.

Aunque sólo trece países pagarán por la compra de los aviones, éstos serán puestos a disposición del conjunto de la Alianza.

Los gastos de operar el sistema de vigilancia correrán así a cargo de los 28 miembros de la OTAN.

Se calcula que éste costará al menos 2.000 millones de euros durante los próximos veinte años, según la fuente aliada.

Las cifras no son definitivas en ninguno de los casos, pues aún no se han firmado los contratos de compra de los aviones ni se puede hacer una estimación exacta del coste de mantenimiento y explotación del sistema.

La OTAN planea que los primeros "drones" comiencen a operar en 2015, pero el sistema no tendrá "capacidad plena" hasta 2017.

Según indicó Morenés la pasada semana, España podría en los próximos años sustituir su contribución económica por una aportación de materiales, con el desarrollo de sus propios equipos, tal y como ya hacen otros Estados.

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