España espera que acuerdo palestino no sea un "obstáculo" en la negociación

Bakú, 24 abr.- El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, dijo hoy que el acuerdo de reconciliación entre los dos gobiernos palestinos "será una buena noticia siempre que las dos partes acepten condiciones" como "el derecho de Israel a existir" y dijo esperar que no sea un "obstáculo" a la negociación.

García-Margallo hizo estas declaraciones a los periodistas tras reunirse con el ministro de Desarrollo Económico de Azerbaiyán, Shahin Mustafayev, en Bakú, donde hoy finaliza una visita oficial.

El movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, y el partido nacionalista palestino Al Fatah, que lo hace en Cisjordania, presentaron ayer un acuerdo de reconciliación que incluye la formación de un gobierno de unidad y la convocatoria de elecciones.

"España ha apostado siempre por la solución de los dos estados: un Israel seguro y una Palestina viable", recordó el jefe de la diplomacia española.

Desde este punto de vista, subrayó, la reconciliación "sería una buena noticia, será una buena noticia, siempre que las dos partes, especialmente Hamás, asuman lo que han sido las llamadas condiciones del Cuarteto".

Es decir, explicó García-Margallo, que acepten "el derecho de Israel a existir dentro de unas fronteras seguras, que renuncien al terrorismo y a la violencia como arma política y que asuman todos los avances hechos en el proceso de negociación desde Oslo".

"Esperamos que el acuerdo entre las dos facciones palestinas no se convierta en un obstáculo adicional a la negociación, como temen algunos países implicados en el área, sino que sea un paso adelante, siempre que las dos partes acepten esas condiciones, especialmente el derecho de Israel a existir, a ser un Estado en el mundo", dijo.

El enésimo plan de reconciliación palestina fue sellado en la noche del martes en la residencia privada del primer ministro y líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniya.

Este anuncio fue recibido con hostilidad por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien acusó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y de Al Fatah, Mahmud Abás, de no querer la paz.

Estados Unidos expresó su "decepción" por el acuerdo y advirtió de que puede "complicar seriamente" los esfuerzos para extender las negociaciones de paz, al considerar que no puede esperarse que Israel negocie con Hamás.

La novedad del anuncio de reconciliación reside en el hecho de que establece fechas aproximadas para unas condiciones que ya fueron aceptadas por ambas partes en los pactos de Doha de 2012.

La primera, la formación de un gobierno de unidad nacional, presumiblemente bajo liderazgo de Al Fatah, en un plazo de cinco semanas, y la segunda la celebración de elecciones seis meses después de que este comience a ejercer.