España pierde un 3,5% del agua suministrada a casas, campos e industrias


Poco más del 3,5% del agua suministrada a las redes de abastecimiento españolas para uso urbano, agrícola e industrial se pierde por el camino y no queda registrada en los medidores de los clientes debido a fugas o pérdidas físicas reales, pérdidas aparentes o comerciales por errores de medición, fraudes o consumos autorizados no registrados por usos contra incendios o consumos municipales no facturados.
Así se desprende del estudio ‘La eficiencia en los sistemas de distribución: Revisión sobre la gestión del agua no registrada’, elaborado por la Fundación Aquae dentro de la colección ‘Aquae Papers’ y presentado esta tarde en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en Madrid.
Los presidentes de la Fundación Aquae y del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ángel Simón y Juan Antonio Santamera, respectivamente, fueron los encargados de dar a conocer el estudio.
El informe destaca que el efecto del agua no registrada en España se produce en un contexto de “relativa escasez, debido a su climatología y a lo singular de su configuración hidrológica”.
“Dado que el agua es un recurso escaso, éste debe ser gestionado de una manera eficiente, es decir, con el objetivo principal de que el máximo volumen de agua que entra en la red llegue a sus puntos de consumo, lo que minimizaría el volumen de agua no registrada”, señala.
El estudio recalca que la gestión de un servicio de agua potable “no debe consistir únicamente en asegurar la continuidad del suministro con unas presiones aceptables en todos los puntos de consumo y con plenas garantías sanitarias del agua entregada, sino también en disminuir el agua no registrada, que, por otra parte, ya ha sido tratada”.
El documento destaca el esfuerzo desarrollado en los últimos 20 años en la gestión del agua urbana, con tecnologías aplicadas como la sectorización o la monitorización en tiempo real, pero llama la atención sobre el hecho de que los usos agrícola e industrial, que requieren de una mayor proporción global del consumo de agua, “son los que presentan una menor reducción en el agua no registrada”.
COSTES SOCIALES Y MEDIOAMBIENTALES
Sin embargo, subraya que el valor económico de la reducción del agua no registrada "no es lineal respecto a la inversión necesaria", por lo que propone un "punto de equilibrio" en el que entra en juego "la disposición a asumir, por parte del consumidor o ciudadano, otros costes de tipo social o medioambiental”.
“El nivel de desarrollo tecnológico para esta reducción no es ilimitado y debe encontrar un punto de equilibrio en el que se vean reflejados ya no sólo los costes estrictamente económicos, sino todos aquellos que la comunidad esté dispuesta a incluir o a soportar con los sistemas de recuperación de costes (sociales, medioambientales, etc.)".
La Fundación Aquae menciona los indicadores ELL (‘economic level of leakage’ o ‘nivel económico de fugas’) y SELL (‘sustainable economic level of leakage’ o ‘nivel económico sostenible de fugas’) como avances tecnológicos de las empresas gestoras de las redes de agua.
“Es indispensable, por lo tanto, que los operadores encargados de la gestión hídrica y las empresas de distribución incorporen aquellas soluciones que optimicen los niveles de eficiencia en la gestión del agua no registrada”, indica, como sistemas de información geográfica, el telecontrol del sistema, la telelectura, el control en tiempo real de la red, el control de los fraudes y la disposición de equipos de búsqueda de fugas.
En cuanto al consumidor, la Fundación Aquae se pregunta si estarían “dispuestos a asumir los costes para mejorar el nivel del agua no registrada atendiendo a criterios no solamente económicos, sino también sociales y medioambientales”.

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