Español, mayor de 30 años, con estudios medios y experiencia previa, perfil del demandante de empleo

  • Según una encuesta de la empresa de recursos humanos Randstad, hecha a4.654 personas entre diciembre de 2009 y marzo de 2010, el mercadolaboral ha sufrido una evolución drástica en los dos últimos años.

El perfil del demandante de empleo en España es actualmente el de una persona mayor de 30 años, con estudios medios, con experiencia previa, procedente del sector servicios y de origen español.

Según una encuesta de la empresa de recursos humanos Randstad, hecha a 4.654 personas entre diciembre de 2009 y marzo de 2010, el mercado laboral ha sufrido una evolución drástica en los dos últimos años.

El primer cambio que se puede destacar respecto a los datos de hace un año es la creciente igualdad de género a la hora de buscar trabajo. En 2010 el 54,8% de los buscadores de empleo son hombres y el 45,2% mujeres. Estas cifras han variado respecto a las de hace un año, cuando los varones representaban un 58% y las mujeres un 42%.

Esto se explica por diversos factores. Por un lado, destaca el aumento constante de mujeres mayores de 45 años que deciden ingresar en el mercado laboral. Por otro, la mujer aumenta progresivamente su nivel de formación respecto a los hombres, lo que significa que también aumenta su deseo por entrar en el mercado laboral.

Además, el 10% de los hogares ya tienen a todos sus miembros en paro y como consecuencia de esto son muchas las mujeres que han decidido en este caso buscar también un empleo.

Sector y edad

El segundo cambio de este perfil es el sector del que proceden. Si hace un año los mayores generadores de desempleados eran la construcción y la industria, ahora la mayoría de estos candidatos han trabajado en el sector servicios: más de tres millones de demandantes proceden de este sector.

Tras él se sitúan la construcción, con 931.039 demandantes, y 740.208 trabajadores de la industria. La agricultura es el que menos demandantes de empleo suma, con 345.044 personas.

Randstad confirma el aumento de demandantes de empleo en el grupo de edad de 30 a 45 años, que ya representan el 41,33% del total de demandantes de empleo, incrementándose en dos puntos desde el año anterior.

A este grupo le siguen los profesionales de entre 25 y 30 años (se mantienen con un 27%), los jóvenes de 16 a 25 años (se reduce de 26% a un 23,72% actuales) y en último lugar se sitúan los mayores de 45 años (limitan su presencia al 7,55% del total frente al 8% del año anterior).

Sin embargo, aunque uno de cada dos demandantes de empleo es menor de 30 años, la media de edad del buscador de empleo aumenta y se sitúa en los 30,6 años.

Esto indica que la mayoría de los nuevos parados son personas que se encuentran en la segunda etapa de su carrera profesional, cuando ya han adquirido ciertas responsabilidades económicas personales y/o familiares.

Esto conlleva que este desempleado esté predispuesto a ajustar sus pretensiones tanto económicas como profesionales a la hora de buscar un nuevo puesto, lo que está provocando en muchos casos una sobrecualificación de los trabajadores para el puesto que ocupan.

El análisis de estos datos también indica que los más jóvenes han reducido su aportación a la muestra nacional con respecto a hace tan sólo un año. "Sin duda, influidos por la situación laboral y conscientes de que ellos sufren una tasa de paro que dobla a la media nacional, están 'utilizando' la crisis para mejorar la formación", añade.

Por otra parte, los jóvenes con formación media y media-alta también están sufriendo los problemas de acceso al primer empleo o incluso de continuar en el mercado laboral desarrollando su carrera. Este caso está relacionado con "una cuestión cultural endémica en España".

Si bien ya se empiezan a ver algunos cambios de comportamiento social al respecto, lo cierto es que son pocos los jóvenes que han compatibilizado su fase de formación profesional con una actividad laboral real, más allá de las intervenciones a modo de prácticas. Por contra, en el resto de Europa es práctica habitual que los jóvenes compatibilicen el proceso de formación con el acceso al mercado laboral, en puestos que no siempre están relacionados con su carrera.

Estudios y nacionalidad

Según los datos de Randstad, el nivel formativo de los demandantes de empleo también ha cambiado con respecto al año anterior. Los primeros dañados por la retracción de la economía fueron los perfiles con menos experiencia o con menor nivel formativo. Sin embargo, esto también ha cambiado respecto a hace un año y cada vez es mayor la cualificación de las personas que empiezan a buscar empleo.

Con todo, todavía las personas sin estudios o con estudios básicos representan el 38,76% del total. Las personas con estudios medios (Formación Profesional y Bachillerato) son el 39,83% y el 21,41% restante lo representan las personas con estudios universitarios o de posgrado.

Precisamente los universitarios han sido quienes más han aumentado su presencia en el total de demandantes de empleo, con casi cinco puntos más que hace un año. Y ello a pesar de que, a priori, son los que están encontrando menos dificultades para volver a recolocarse tras perder su empleo.

En cuanto a la nacionalidad, hace un año en el perfil del demandante de empleo estaba muy presente el trabajador extranjero, pero esta tendencia se ha invertido paulatinamente.

Actualmente, los inmigrantes demandantes de empleo alcanzan el 16% del total, mientras que los españoles representan el 84%. Esto indica que, a pesar del aumento en los valores absolutos, el porcentaje relativo de demandantes de empleo de origen extranjero ha descendido (del 20 al 16%), como también lo ha hecho su aportación al total de ocupados.

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