Esto promete

  • Antonio del Rey.

Antonio del Rey.

Madrid, 8 feb.- La primera sesión de control de la legislatura en el Congreso, con el esperado "cara a cara" entre Mariano Rajoy como presidente y Alfredo Pérez Rubalcaba como jefe de la oposición, se ha visto ensombrecida por el debate previo sobre el último Consejo Europeo.

La comparecencia de Rajoy ha derivado en un debate sobre política económica nacional, algo de lo que Rubalcaba se ha quejado en sus intervenciones ante un jefe del Gobierno que se ha presentado ante la Cámara, 50 días después de su investidura, muy convencido de la bondad, eficacia y futuro de sus primeras medidas.

Incluso se le ha visto con humor para contestar a los portavoces de las fuerzas minoritarias, hasta el punto de que ha logrado sacar una sonrisa al diputado de Amaiur Rafael Larreina cuando le ha reprochado en broma que no tuviera "ni un detalle" con él al criticar sin excepción todas las reformas del Ejecutivo.

Y eso que todavía faltan dos días para conocer la reforma laboral del Gobierno, por la que Rajoy teme una huelga general según pudieron saber los españoles gracias a un micrófono indiscreto en Bruselas.

El asunto de la huelga y los micros ha ido apareciendo esporádicamente a lo largo de un extenso debate de cinco horas; el presidente ha reprochado a Rubalcaba que usara sus palabras robadas en la cumbre y lo ha comparado con la foto también "robada" de un mensaje en el móvil del líder socialista.

Así que casi a la hora de comer ha comenzado la sesión de control, erre que erre con la cacareada huelga y los micrófonos que todo lo saben.

Ha abierto fuego el portavoz de IU, José Luis Centella, que le ha explicado a Rajoy la reforma laboral que piensa aprobar el viernes, que no es a su juicio la que necesita España y va a hacer que la gente "responda en la calle", o sea, habrá huelga y será gorda.

Centella ha aprovechado para deslegitimar la mayoría absoluta del PP, que a su juicio debe a una ley electoral "tramposa", lo cual ha generado protestas entre los diputados del grupo popular; sobrado de tiempo, ha regalado 57 segundos de su intervención.

Rajoy le ha puntualizado que la ley electoral fue en su día aprobada con los votos del PCE, el partido del cual el malagueño es secretario general, y le ha echado en cara, para goce de la bancada del PP, que ponga "de vuelta y media" una reforma laboral que ni siquiera conoce.

En cualquier caso, el presidente se ha mostrado convencido no sólo de que a Centella le gustará esa reforma, sino que el grupo de IU, ICV y Cha la apoyará pese a que hoy la ha criticado sin piedad.

Y con Rubalcaba la cosa ha ido de reproches mutuos, porque el nuevo jefe de la oposición ha acusado a Rajoy de mentir por haber dicho en campaña que no iba a subir impuestos, mientras el presidente le ha recriminado que el anterior Gobierno socialista asegurara que se iba a cumplir el objetivo de déficit.

Que no le dé lecciones, le ha pedido Mariano Rajoy, después de que Rubalcaba dirigiera sus ataques a la misma línea de flotación del argumentario del Gobierno: la confianza que precisa España.

Porque según el líder socialista, los pasos que está dando el Ejecutivo no dan precisamente confianza, como sus augurios de huelga.

"Tenga cuidado con los micrófonos no vaya a ser que los ciudadanos piensen que sólo es sincero cuando no le escuchan", le ha espetado, renunciando a 55 segundos de tiempo para su pregunta.

Rajoy ha ironizado con la "gran altura" del discurso de su oponente y se ha congratulado de que ya no tenga responsabilidades de Gobierno.

En la misma sesión de control se ha visto por vez primera a Soraya Sáenz de Santamaría en funciones de vicepresidenta, aunque parezca seguir en el papel de opositora, a tenor de la contundencia con que ha respondido una pregunta del portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, quien dejará este puesto la semana próxima.

Como el portavoz ya aprecia descoordinación en el Gobierno del PP, y ha puesto como ejemplo la opinión del titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, sobre la constitucionalidad de la ley del aborto, Sáenz de Santamaría ha contraatacado sin piedad alguna.

"Este Gobierno ha hecho en siete semanas lo que el anterior Gobierno no se atrevió a hacer en siete años", le ha afeado, animada por aplausos de los suyos y con el mismo tono vehemente de los tiempos en que estaba en la oposición.

Y le ha hecho ver que el PP ha bajado el sueldo a los directivos de bancos con ayudas públicas; "eso que los socialistas decían que había que hacer y nunca hicieron", ha dicho.

O sea, como Rajoy, que lecciones de los que antes gobernaban, las "imprescindibles". O ninguna.

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