Eta. El abogado de landaburu dice que “todo está cambiando” y se puede lograr “una paz definitiva”


El abogado del periodista víctima de ETA Gorka Landaburu, el letrado José María Fuster Fabra, aseguró hoy en la Audiencia Nacional que “afortunadamente parece que todo está cambiando” por lo que afirmó que “podemos llegar a tener una paz definitiva.”

El abogado hizo esta afirmación durante el informe que presentó en la última sesión del juicio que la Audiencia Nacional está celebrando contra los etarras Oskarbi Jauregi y Xabier Macazaga, a los que se acusa de ser los autores materiales del atentado con paquete-bomba contra Landaburu, que tuvo lugar el 15 de mayo de 2001.
Fuster Fabra, después de pedir sendas penas de 23 años de cárcel para dos los etarras, apuntó a que esta podría ser su “última intervención en un caso contra ETA” y señaló que la primera “fue hace 20 años con motivo del atentado de Vic (Barcelona)”.
“Quisiera dejar constancia del reconocimiento al Ministerio Público, a los jueces de la Audiencia Nacional y al resto de compañeros que hemos luchado durante todos estos años por la defensa y la dignidad de las víctimas del terrorismo”, dijo el letrado antes de asegurar que, “si afortunadamente les hemos derrotado, ha sido gracias al trabajo de todos nosotros”.
El fiscal encargado del caso, Luis Barroso, solicitó asimismo sendas penas de 23 años de cárcel para Jauregi y Macazaga, a los que atribuye delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y de tenencia y transporte de aparatos explosivos.
Los peritos que comparecieron hoy en la Audiencia Nacional aseguraron que el paquete-bomba que los etarras enviaron al domicilio de Landaburu contenía “entre 50 y 100 gramos” de un explosivo que “posiblemente fuera Tytadin”.
Para los expertos en explosivos, esta carga podría haber matado al periodista “si le hubiera alcanzado en la cabeza”. Los peritos de la Ertzaintza aseguraron que la cantidad de explosivos era “suficiente y de sobra para provocar la muerte”.
VIGILANCIAS SOBRE EL PERIODISTA
El representante del Ministerio Público sostuvo que los dos acusados, junto a la también etarra Ainhoa García Montero, formaban el “comando Buruntza” de ETA.
Los terroristas confeccionaron en el piso franco que tenían en Zizurkil (Guipúzcoa) un libro-bomba con un sistema trampa que, al abrirse, activaba la carga explosiva. En el sobre estamparon el logotipo de Elkargi, una entidad cuya publicación el periodista recibía periódicamente.
De forma complementaria, los etarras realizaron vigilancias sobre el periodista, director de “Cambio 16”, y su domicilio en Zarautz (Guipúzcoa).
Según el fiscal Barroso, Jauregi se desplazó hasta Zarautz y depositó el paquete en el buzón del domicilio del periodista.
“ME HAN PILLADO”
El propio Landaburu explicó ayer, jueves, que el 15 de mayo de 2001, tras cubrir las elecciones al País Vasco, volvió a su domicilio en Zarautz (Guipúzcoa), donde pasó la mañana solo, ya que su mujer estaba trabajando y su hijo estudiando. Tomó una ducha en su despacho y, cuando salió desnudo en busca de una toalla, reparó en el paquete que había encima de su mesa.
No sospechó del paquete porque los etarras habían estampado el logotipo de Elkargi, una entidad cuya publicación recibía periódicamente.
“Abrí el sobre, me explotó y dije ‘me han pillado’”, explicó el periodista en la Audiencia Nacional.
La explosión le provocó graves heridas por las que tuvo que ser intervenido de urgencia.
El atentado fue reivindicado por ETA a través de un comunicado publicado en el diario “Gara” el 26 de julio. Macazaga y Jauregi fueron detenidos el 22 de agosto de 2001 en Guipúzcoa por la Ertzaintza.
Tras escuchas los informes de las partes, el presidente del tribunal, el magistrado Ángel Hurtado, declaró el visto para sentencia. Los acusados no hicieron uso de su derecho a la última palabra.

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