Eta. Uno de los ertzainas tiroteados en el alto de herrera: “no dije ni buenas noches y sentí los impactos de la escopeta en la cara”


Uno de los dos agentes de la Ertzaintza que resultaron heridos tras ser tiroteados por varios etarras en el Alto de Herrera (Álava) en septiembre de 2003 relató hoy en la Audiencia Nacional que “todo fue muy rápido”, ya que nada más llegar al lugar donde estaban apostados los terroristas no le dio tiempo ni a decir “buenas noches” cuando empezó a sentir “los impactos de la escopeta en la cara”.
“La ventanilla se rompió y noté impactos en la cara, me quedé un poco noqueado hasta que dije: Voy a salir de aquí porque si no nos fríen”, explicó el agente en el juicio que la Audiencia Nacional está celebrando contra el etarra Urtzi Gainza, al que se acusa de ser uno de los autores materiales del intento de asesinato.
Una vez fuera del coche patrulla, todavía “conmocionado”, el agente comenzó a disparar. El ertzaina señaló que había dos personas disparándoles, uno por la izquierda del coche y otro por la derecha, y que no podían ver nada debido a la oscuridad reinante.
El miembro de la Policía Autónoma Vasca fue trasladado al hospital y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente varias veces. “Tenía un globo ocular destrozado y la mandíbula rota, todavía hoy tengo postas en la pirámide nasal”, explicó ante el tribunal de la Audiencia Nacional.
76 AÑOS DE CÁRCEL
Urtzi Gainza, que se negó a contestar a la Fiscalía y a la acusación ejercida por la Abogacía del Estado, dijo a preguntas de su abogado que no participó en la acción terrorista.
La fiscal encargada del caso, Rosana Lledó, solicita un total de 76 años de cárcel para el acusado al atribuirle delitos de robo de vehículo, detención ilegal, asesinato terrorista en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas. La representante del Ministerio Público sostiene que Gainza formaba parte en el año 2003 del “comando Ezkaurre” junto a Arkaitz Otazua, que falleció en el tiroteo, y a los ya condenados Asier Mardones y Josune Oña.
ROBO A PUNTA DE PISTOLA
La fiscal asegura que los miembros del comando se reunieron en un piso de la localidad de Entrena (La Rioja) para preparar el atentado contra la Ertzaintza.
Los etarras abordaron pistola en mano el 14 de septiembre de 2003 a los ocupantes de un vehículo Fiat Uno, a los que, identificándose como miembros de ETA, obligaron a descender del vehículo y les dejaron atados a un árbol de un bosque cercano.
Los etarras se desplazaron hasta el Alto de Herrera (Álava), donde simularon un accidente dejando el coche capturado atravesado en la calzada, y avisaron a la central de emergencias, que alertó a la Policía Autónoma Vasca. Dos agentes de la Ertzaintza llegaron al lugar media hora más tarde y fueron atacados por sorpresa por los terroristas.
Se inició entonces un tiroteo entre los etarras y los ertzainas, que se saldó con la muerte de Otazua y con los agentes gravemente heridos.
PASAMONTAÑAS PARA IR AL MONTE
Gainza negó en todo momento su participación en los hechos y dijo que tan sólo conocía a Otazua y el resto de integrantes del comando por ser “de la misma cuadrilla”.
También reconoció haber estado días antes del atentado en el piso franco que el comando tenía en la localidad riojana de Entrena, donde se preparó la acción terrorista, pero dijo que utilizaban la vivienda para descansar después de “andar por el monte”.
El acusado dijo que tenían pasamontañas “para ir al monte” y que era habitual que se intercambiará la ropa con sus compañeros.
En el juicio también comparecieron las dos personas que fueron secuestradas por los etarras para hacerse con su coche, que utilizaron en la acción terrorista. Estos testigos explicaron que se encontraban aparcados en la zona del Alto de Herrera conocida como “El Balcón de La Rioja” cuando dos personas vestidas de negro, con pasamontañas y con gorros les abordaron. “Se identificaron como miembros de ETA y nos enseñaron las pistolas”, dijo uno de los testigos antes de explicar que los etarras les sacaron del coche y les dijeron que si colaboraban no les sucedería nada.
Los terroristas les llevaron por un sendero y les esposaron a un árbol. Los etarras tuvieron que volver poco minutos después porque no conseguían arrancar el coche y se llevaron a uno de los dos secuestrados, quien les explicó como poner en marcha el vehículo antes de ser de nuevo esposado al árbol junto a su compañera.
“LAS BALAS NOS PASARON CERCA”
Al cabo de 30 minutos empezaron a escuchar un tiroteo. “Las balas nos pasaron cerca”, dijo uno de los testigos. Fueron liberados finalmente por la Ertzaintza.
En el juicio comparecieron también otros agentes de la Policía Autónoma Vasca, uno de los cuales explicó que fue el etarra Mardones quien implicó a Gainza en la acción terrorista en su declaración tras ser detenido.
El propio Mardones compareció como testigo en la vista oral para retractarse de las declaraciones que prestó ante la Ertzaintza alegando haber sido objeto de malos tratos. El etarra aseguró que Gainza “no era parte del grupo” y dijo que “mientras me pegaban pude decir algún nombre”.
Tras escuchar estos testimonios, el presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, decretó la suspensión de la vista oral, que se retomará este martes.

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