La juez María Raquel Gini señaló que el tunecino Adel Bin Muhammad deberá usar por al menos 120 días el sistema que evitará que se acerque a su mujer, una uruguaya que el año pasado adoptó las costumbres musulmanas para convertirse en su esposa y que ahora espera un hijo.
Se trata del segundo de los exprisioneros denunciado en Uruguay por violencia con sus parejas. El otro caso es el del sirio Abd al-Hadi Faraj, también casado con una uruguaya.
Tras un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, seis presos que habían pasado 13 años en Guantánamo fueron recibidos por Uruguay en diciembre de 2014.
En mayo pasado, cuatro de los seis exprisioneros realizaron una protesta durante tres semanas ante la embajada de Estados Unidos en Montevideo para reclamar mejoras en las condiciones de permanencia en el país.
Tras un diálogo entre el gobierno y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se llegó a un acuerdo económico con los exdetenidos de Guantánamo.
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