Felipe VI, el Rey de una generación que quiere recuperar la esperanza

  • Felipe VI, el rey más joven de Europa, simboliza a una generación de españoles que es consciente de que la Transición que encabezó su padre, Juan Carlos I, está completamente consolidada y que, sin embargo, desea recuperar la esperanza en el futuro y la ilusión en su propio país.

Rocío Antoñanzas

Madrid, 11 jun.- Felipe VI, el rey más joven de Europa, simboliza a una generación de españoles que es consciente de que la Transición que encabezó su padre, Juan Carlos I, está completamente consolidada y que, sin embargo, desea recuperar la esperanza en el futuro y la ilusión en su propio país.

El que será el primer Rey de España crecido en democracia ha asegurado que dedicará todas sus fuerzas a la "fascinante tarea de seguir sirviendo a los españoles" como su padre, al que dio en su día públicamente las gracias por su "permanente ejemplo de vida intensa entregada al servicio de la nación".

"Servir con dedicación al Estado, al conjunto de los españoles; trabajar por los intereses generales y promover acciones o iniciativas que sirvan al interés común, constituyen para mí un compromiso personal inalterable y sin matices", aseguró en Barcelona en diciembre de 2011.

Don Juan Carlos, en el mensaje que dirigió a la nación para anunciar que abdicaba al trono, aseguró que su hijo "encarna la estabilidad" y abrirá "una nueva etapa de esperanza" y destacó que "tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado".

Cuando el 19 de junio sea proclamado en una solemne sesión de las Cortes, el nuevo Rey tendrá además ante sí la tarea de recuperar el prestigio de la institución que encarna, la Corona.

Esa cita con la Historia coincide con un creciente desapego hacia la clase política y los gobernantes, y con una prolongada crisis económica que ha dejado atrás a parte de su generación y que se lo está poniendo muy difícil a los más jóvenes.

A sus 46 años, don Felipe es un hombre identificado con los españoles y por eso ha sido el primer Heredero de la Corona en tener una licenciatura, presentar un programa de televisión, intervenir en un acto sindical, asistir a una manifestación o casarse con una profesional de la comunicación.

Cuenta con una intensa preparación a sus espaldas, iniciada desde su mismo nacimiento, el 30 de enero de 1968, e intensificada cuando, nueve años después, recibió los atributos que le acreditaron como Príncipe de Asturias en el salón del Cabildo de Covadonga (Asturias).

Nadie ha dudado en este tiempo de su capacidad no sólo para llevar a cabo estas tareas, sino también para reemplazar a don Juan Carlos cuando llegara el momento, una opinión extendida en todos cuantos ha tenido oportunidad de conocerle de cerca.

Dicen que es meticuloso en su trabajo, reflexivo y prudente, que sus principales virtudes son la coherencia y la constancia, y añaden que doña Letizia -con la que acaba de celebrar diez años de matrimonio- ha contribuido a que sea más abierto y más amable.

Los Príncipes de Asturias han visitado en esos diez años 38 países de cuatro continentes, han asistido a 1.516 actos oficiales y han recibido a más de 7.200 personas.

En ese mismo periodo de tiempo, don Felipe ha realizado en solitario 70 viajes al extranjero y ha asistido a 38 tomas de posesión de presidentes iberoamericanos.

Más allá de su actividad pública en actos, audiencias y discursos, el Príncipe celebra reuniones de trabajo, alejadas de los focos, para "pulsar" la situación del país y conocer su realidad a través de expertos de distintos ámbitos de la sociedad.

Presta especial atención a todo lo que tiene que ver con la economía, los emprendedores -más si son jóvenes-, la ciencia y los avances tecnológicos, y comparte con la princesa Letizia su aprecio hacia el arte y la cultura.

Fiel a sus cometidos como Heredero de la Corona, don Felipe ha asumido en los últimos años un importante papel institucional que, sin llegar a sustituir a su padre en la Jefatura del Estado, le ha llevado a un lugar preferente en la proyección pública de la Casa Real.

"En los tiempos que vienen es necesaria una nueva mentalidad, un espíritu activo y una actitud emprendedora que, unidos a la ilusión y a una buena preparación, os impulse en vuestra vida. En beneficio vuestro y en el de toda España".

Son palabras del Príncipe de Asturias dirigidas en 2011 a los jóvenes, pero bien podría ser el mensaje que la sociedad dirige ahora a su futuro Rey.

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