Felipe VI se ofrece como un rey renovador que favorezca la estabilidad

  • Felipe VI fue proclamado hoy nuevo rey de España y se ofreció a renovar la monarquía, a ser garante de la estabilidad institucional y a potenciar el papel internacional de un país que, dijo, puede mantener la unidad territorial dentro de su diversidad.

Jesús García Becerril

Madrid, 19 jun.- Felipe VI fue proclamado hoy nuevo rey de España y se ofreció a renovar la monarquía, a ser garante de la estabilidad institucional y a potenciar el papel internacional de un país que, dijo, puede mantener la unidad territorial dentro de su diversidad.

El Congreso de los Diputados acogió hoy el juramento por parte de Felipe VI de la Constitución y su proclamación como rey, en presencia de su esposa, Letizia, y sus dos hijas, la nueva princesa de Asturias y heredera de la Corona, Leonor, y la infanta Sofía.

El discurso que pronunció a continuación era muy esperado y con él dio pistas de cómo afronta algunos de los temas que preocupan a los españoles.

En primer lugar la crisis económica y, aunque diferentes indicadores señalan que lo peor quedó atrás, Felipe VI quiso mostrarse próximo a quienes no tienen trabajo y malas perspectivas.

"Quiero transmitir mi solidaridad a todos aquellos a los que la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas. Tenemos el deber de trabajar para revertir esta situación y ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables", dijo el monarca, quien pidió que la creación de empleo sea una prioridad.

En un Estado en el que el encaje de sus territorios es un tema que suscita fuerte debate y donde en la actualidad los nacionalistas vascos y catalanes impulsan el objetivo de decidir sobre su territorio, el nuevo rey tuvo el gesto de dar las gracias en las cuatro lenguas oficiales: castellano, catalán, vasco y gallego.

Pero también aprovechó para subrayar que España es "unida y diversa" y que "en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español".

Otro de los asuntos que preocupan a los ciudadanos es la corrupción y el creciente alejamiento respecto a los políticos y sus instituciones.

Ello incluye también la propia Monarquía, sobre la que algunas fuerzas minoritarias pidieron en estas últimas semanas un referéndum para decidir si el pueblo quiere mantenerla o instaurar una república.

Esta corriente se ha visto impulsada por casos como la investigación al marido de la infanta Cristina - ausente hoy en la ceremonia - por un supuesto caso de corrupción o el hecho de que el propio Juan Carlos I tuviera que pedir disculpas públicamente cuando trascendió que estaba de cacería en Botswana en el peor momento de la crisis económica.

"La Monarquía Parlamentaria puede y debe seguir prestando un servicio fundamental a España", proclamó hoy Felipe VI, que goza de apoyo popular, según las encuestas, y que destacó como valores "la independencia de la Corona, su neutralidad política y su vocación integradora ante las diferentes opciones ideológicas", con el objetivo de contribuir a la estabilidad política.

Pero las exigencias de la Corona no se agotan en el cumplimiento de sus funciones constitucionales, admitió el nuevo rey, consciente de que "ha de buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución".

En política exterior, el rey Felipe se mostró partidario de una presencia "cada vez más potente y activa en la promoción de nuestros intereses", con una mención especial a los vínculos culturales y económicos "crecientes" con Iberoamérica, pero también al deber de impulsar la construcción europea y de cuidar las tradicionales buenas relaciones con los países árabes.

Y, sabedor de que la Monarquía es un sistema que se basa en la continuidad, tuvo palabras de elogio para el "impecable" trabajo desarrollado por los reyes Juan Carlos y Sofía durante casi 39 años.

Todo ello para, a sus 46 años, presentarse como titular de "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", y afrontar su tarea "con energía, ilusión y el espíritu abierto y renovador que inspira a los hombres y mujeres de mi generación". EFE

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