Grandes maniobras diplomáticas sobre Siria

  • La diplomacia internacional multiplica sus iniciativas para tratar de acercar posiciones aún muy alejadas sobre el conflicto en Siria, dando prioridad absoluta a la "lucha contra el terrorismo".

Las grandes maniobras se intensificarán la semana próxima: el presidente ruso Vladimir Putin estará el lunes en Teherán y el francés François Hollande irá el martes a Washington y el jueves a Moscú.

Las empantanadas discusiones internacionales se reactivaron en septiembre, tras el inicio de la intervención militar rusa en Siria, en apoyo del régimen de Bashar al Asad.

Dos reuniones de potencias mundiales y regionales, aunque sin representantes del régimen ni de la oposición, se realizaron en Viena con el objetivo de impulsar un proceso político, tras más de cuatro años de una guerra civil que dejó 250.000 muertos.

Los atentados de París (130 muertos y unos 350 heridos) y el reconocimiento por Moscú de que un atentado derribó un avión ruso a fines de octubre en el Sinaí (224 muertos) aceleraron los contactos diplomáticos y los cambios de estrategia.

Ambas matanzas fueron reivindicadas por el grupo Estado Islámico, que controla amplias zonas de Siria e Irak.

Francia niega haber abandonado su estrategia de "ni-ni" (ni Asad ni EI), aunque modificó de hecho su actitud: la lucha contra los yihadistas se ha convertido en su prioridad absoluta, y Hollande anunció la intensificación de los bombardeos aéreos franceses en Siria e Irak.

"La idea es utilizar la situación actual para aumentar la presión militar sobre Dáesh (acrónimo árabe del EI) con una mejor coordinación", indica una fuente diplomática.

Los atentados de París le dan a Francia "una voz más fuerte" y un elemento suplementario para decir "esto es lo que pedimos en el terreno", afirma la fuente, asegurando que esa postura no supone cinismo alguno.

Francia, que durante un año se negó a intervenir en Siria para no favorecer a Asad -confrontado tanto al EI como a grupos rebeldes- se considera ahora en situación de reclamar una mayor implicación de su aliado estadounidense, considerado demasiado indeciso diplomática y militarmente, según fuentes gubernamentales francesas.

En Moscú, Hollande evaluará "realmente" la posición de los rusos, según una de esas fuentes. París esboza una coordinación militar en Siria, aunque sigue desconfiando de las verdaderas intenciones de Rusia en su campaña militar.

Rusia sigue apoyando a Asad. Sus bombardeos estuvieron dirigidos principalmente contra el EI en los últimos días, pero "queremos verificar la determinación de Putin" en los ataques contra esa organización, indicó una fuente diplomática francesa.

Putin realizará el lunes su primera visita oficial a Irán desde 2007, y su reunirá con la máxima autoridad del país, el guía supremo Alí Jamenei.

Irán, que también respalda a Asad, se sumó últimamente a las conversaciones sobre el conflicto sirio, lo que según expertos puede cambiar las cosas.

"No será sencillo, pero por primera vez hay un conjunto de factores que podría llevar a salir del bloqueo", estima Karim Emile Bitar, del Instituto Internacional de Investigaciones Estratégicas (Iris), al referirse a la presencia de Irán y al acercamiento franco-ruso.

La última reunión internacional sobre Siria, realizada el 14 de noviembre en Viena, al día siguiente de los atentados de París, llevó por primera vez a las potencias occidentales y a los países árabes, por un lado, y a Rusia e Irán, por otro, a ponerse de acuerdo sobre una hoja de ruta y un calendario para la transición en ese país de Medio Oriente.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se mostró incluso optimista al afirmar que Siria está quizá a pocas "semanas" de iniciar una transición política.

Un optimismo prematuro, si se sopesan los problemas a superar, empezando por elfuturo de Asad, que tomó sus distancias con el proceso de Viena.

El presidente estadounidense Barack Obama estimó el jueves que la guerra no puede terminar sin la partida de Asad, mientras Rusia e Irán reiteran sistemáticamente que eso dependerá de la voluntad de los sirios.

Arabia Saudita y Turquía, que quieren la caída del presidente sirio, "mantienen posiciones maximalistas" y será "complicado" llevarlas a hacer concesiones, estima Bitar.

Queda también por definir qué fuerzas opositoras participarán en las negociaciones. "El régimen de Asad ha eliminado a ciertas personalidades, incluso de la comunidad alauí", a la que pertenece el mandatario, "que hubiesen podido ser útiles en la transición". "Creó una situación inextricable", sostiene Myriam Benraad, de la Fundación de Investigaciones Estratégicas.

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