Grecia intensifica control de flujo de migrantes, pero descarta detenerlo

  • Acusada de laxismo en la gestión del flujo de refugiados y migrantes que se dirigen a Europa, Grecia pasó a un nivel superior para controlar mejor el tránsito por su territorio, descartando sin embargo la posibilidad de detenerlo.

CONTROL DE LLEGADAS

En las islas del Egeo, a donde llegaron más de 750.000 migrantes desde enero, la red policial estrechó su cooperación con Frontex, la Agencia Europea para la Gestión de Fronteras Exteriores, para identificar y registrar mejor a los recién llegados, después de que se corroborara el paso a principios de octubre de dos de los autores de los atentados de París.

Sin embargo, sigue sin ser suficiente, según la Comisión Europea, que reclamó el jueves un esfuerzo suplementario.

Atenas acaba de convenir con Frontex el despliegue de equipos de intervención rápida (Rabit) para patrullar mejor sus aguas, y se han desmantelado redes de traficantes de papeles falsos.

Sin embargo, Grecia descarta rechazar a los recién llegados, lo que estaría en violación del derecho internacional, dejando en manos de Turquía la responsabilidad de detener estos flujos, que siguen siendo de miles de personas cada día.

FILTRACIÓN HACIA LA RUTA DE LOS BALCANES

En las fronteras del norte, Grecia acabó por tomar en cuenta la decisión acordada a mediados de octubre por los países vecinos de dejar pasar sólo a los refugiados de las zonas de conflicto, sirios, iraquíes y afganos.

Después de que Macedonia levantara una valla en el puesto fronterizo de Idomeni, las fuerzas del orden evacuaron el miércoles a unos 2.000 migrantes que se aglomeraban con la esperanza de forzar el paso. Los controles empezaron también a establecerse en El Pireo y cerca de Idomeni para verificar que sólo los refugiados elegibles continúan su ruta.

RETORNOS Y DEVOLUCIONES

El gobierno de Tsipras, desmintiendo toda postura "izquierdista" promigrantes, se mostró determinado a retornar a las personas consideradas no elegibles para el asilo, entre ellos muchos de origen pakistaní, magrebí y otros africanos. Bajo el pretexto de los frecuentes rechazos desde los países de origen y de tránsito, Grecia pidió a la UE presionar en especial a Pakistán y a Turquía para permitir estas devoluciones.

PUNTOS CALIENTES Y REUBICACIÓN

Prevista en principio para octubre, la puesta en marcha de cinco puntos calientes (centros de registro y de selección de los recién llegados) en las principales islas prometida a la UE deberá concluir de aquí a enero.

Estos centros deberían en especial permitir la selección de unos 66.000 sirios, iraquíes y eritreos que la UE prometió a Grecia repartirse en dos años, aunque el proceso, criticado incluso en el seno de la UE, no consigue ponerse en marcha.

Atenas justifica su decisión de no cerrar las puertas por su rechazo a convertirse en "un campo de refugiados gigante".

ACOGIDA DES MIGRANTES

Para alojar provisionalmente a los refugiados reubicables y ofrecer condiciones decentes a los migrantes en espera de devolución, el país se comprometió a crear más de 40.000 plazas de acogida, la mitad en centros y la otra mitad en apartamentos alquilados subvencionados.

Pero el programa aún no está listo y el gobierno se vio obligado a usar antiguas instalaciones olímpicas en Atenas, de capacidades limitadas, y bajo la presión de las autoridades locales reacias a acoger a estas poblaciones.

Acusada además de hacer tiempo para obtener más compensaciones financieras europeas, Grecia finalmente se decidió la semana pasada a pedir la ayuda de la UE en material humanitario (tiendas, cocinas, sanitarios...).

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