Groenlandia frena el ímpetu independentista con victoria de socialdemócratas

  • Las elecciones parlamentarias en Groenlandia, región autónoma del reino de Dinamarca, han supuesto un revés al ímpetu independentista de su primer ministro, Kuupid Kleist, quien fue derrotado por la socialdemocracia, tradicionalmente vinculada al poder de Copenhague.

Berlín, 13 mar.- Las elecciones parlamentarias en Groenlandia, región autónoma del reino de Dinamarca, han supuesto un revés al ímpetu independentista de su primer ministro, Kuupid Kleist, quien fue derrotado por la socialdemocracia, tradicionalmente vinculada al poder de Copenhague.

La líder del partido socialdemócrata Siumut, Alega Hammond, logró en los comicios celebrados ayer un 42,8 % de los votos, frente al 34,4 % de Kleist, según los resultados finales, lo que supone un nuevo vuelco político en la mayor isla del mundo, cuatro años después del ascenso al poder del izquierdista Inuit Ataqatigiit (IA) del primer ministro.

Kleist, de 54 años, se colocó entonces al frente de un tripartito aupado por el nuevo estatuto de autonomía, recién aprobado, que sustituía al de 1979 y que, además de ampliar las competencias a la isla, le reconocía el derecho a la autodeterminación.

La victoria de Siumut fue contra pronóstico, puesto que los sondeos apuntaban a una consolidación del independentismo izquierdista representado por Kleist.

A Hammond le corresponderá previsiblemente el encargo de formar una coalición de gobierno, sea en formato tripartito, con Atassut, Lot Inuit -otras formaciones con escaños en la cámara- o en gran coalición con el IA, apunta el portal groenlandés de noticias KNR.

Su victoria supone el retorno de la que fue fuerza hegemónica tradicional en la isla desde 1979 a 2009 y que Kleist considera corrupta y "dirigida a distancia" desde Copenhague.

La campaña electoral de Groenlandia, con unos 40.500 electores del total de sus 56.000 habitantes, estuvo polarizada por el propósito de Kleist de favorecer la llegada de mano de obra barata, principalmente procedente de China.

De ello dependía, según Kleist, la posibilidad de optimizar la explotación de las reservas minerales del subsuelo groenlandés, principalmente tierras raras y petróleo, base para una futura autosuficiencia económica de la isla respecto a Copenhague.

La llamada "ley a gran escala" ha sido aprobada por el Parlamento autónomo (Inatsisartut), pero es contraria a las leyes de extranjería de Dinamarca e implicaba, de facto, la implantación de sueldos por debajo del salario mínimo interprofesional para esa mano de obra extranjera.

Hammond, de 47 años, centró su campaña en las advertencias de que el concepto Kleist acabaría entregando los recursos naturales de la isla a una potencia global, China, en aras de un mal entendido, a su juicio, propósito emancipador del poder central de Copenhague.

La apuesta de Kleist a favor de la autosuficiencia futura de la isla -una tercera parte de cuyo presupuesto procede aún de la subvención anual que percibe de Copenhague- parece no haber cuajado en el ciudadano, según KNR.

El concepto del primer ministro estaba más orientado a la macroeconomía que a las preocupaciones ciudadanas de un territorio cuya principal fuente de ingresos tradicional es la pesca.

La explotación del subsuelo groenlandés ha centrado en los últimos años la atención de la economía nacional y también internacional y está directamente vinculado con los efectos del cambio climático.

Apenas un 15 % de la superficie de la isla -con 2 millones de kilómetros cuadrados y apenas 56.000 habitantes, lo que supone una densidad de población de 0,026 personas por kilómetro cuadrado- no está cubierto de hielo.

Esta situación ha dificultado y encarecido hasta ahora la explotación de esos recursos, mientras que el progresivo deshielo ha precipitado, por contra, las expectativas futuras de explotación de esos recursos.

Hammond se comprometió en campaña a derogar la ley a gran escala, lo que puede haber impulsado el vuelco de un electorado temeroso de los grandes planes de Kleist, entre ellos una explotación minera a 170 Kms, condicionada a la llegada tanto de mano de obra como de inversores, probablemente también chinos.

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