Michele Bachmann, o la cólera (política) de Dios

  • La representante de Minnesota ha sido la primera mujer en anunciar que participará como candidata en las primarias republicanas con el deseo de apear a Barack Obama de su sillón en la Casa Blanca. Su irrupción pública ha provocado una revolución en las entrañas del partido republicano desplazando del foco de atención a políticos experimentados como Mitt Romney.
Roberto Arnaz

Los seguidores del Tea Party ya fantasean con una candidatura formada por Sarah Palin yMichele Bachmann, a las que ya llaman "las magnolias de acero". Bachmann es la nueva mamá oso, la versión ilustrada de las hockey mom y la prueba definitiva de que la marca mujer republicana tiene gran tirón entre el electorado estadounidense.

Esta carismática mujer de 55 años ha irrumpido en la política estadounidense causando un terremoto entre los posibles candidatos conservadores a las elecciones presidenciales de 2012. Los Romney, Pawlenty o Gingrich, e incluso Barack Obama, pueden echarse a temblar, y es que Bachmann cuenta con ayuda divina: "Dios quiere que llegue a la Casa Blanca. No podemos arriesgarnos a darle al presidente Obama cuatro años más para que desmantele a nuestra nación".

Su determinación y vehemencia le ha granjeado numerosas enemistades en Capitol Hill. De hecho, su escaso metro cincuenta de estatura ha provocado no pocas malintencionadas bromas de pasillo. Sin embargo, sus rivales políticos la consideran un adversario temible.

Ostenta el récord nacional de recaudación de fondos de un Congresista en un periodo de tres meses –recaudó 5,4 millones de dólares en el trimestre previo a las elecciones legislativas de 2010– y cuenta con el apoyo incondicional de la American Conservative Union, la poderosa Asociación Nacional del Rifle y el Tea Party.

De momento, y a falta de la confirmación oficial de las intenciones presidenciales de Palin, Bachmann ya acumula un 19% de apoyo de los votantes conservadores, según el último informe Rasmussen. Únicamente el veterano Mitt Romney se sitúa por encima de ella en su cruzada divina hacia la Casa Blanca.

El azote de los demócratas

Desde su llegada a la Cámara de Representantes en enero de 2007, la legisladora de la gélida Minnesota ha pasado de ser una novata en Washington a desmarcarse como la congresista más crítica con la bancada demócrata.

En sus intervenciones públicas no ha dudado en atacar al Gobierno por tener "principios anti-estadounidenses", ha insistido en la necesidad de investigar si Obama nació realmente en territorio estadounidense e incluso ha acusado a sus rivales políticos de estar detrás de la gripe porcina. Casi nada.

Parece que, habiendo nacido en un pueblo llamado Waterloo (Iowa), Michele Bachmann estaba predestinada a dar guerra. Sin embargo, ninguno de sus vecinos de juventud se podía imaginar que esta discreta estudiante de derecho, tímida y menuda, criada en el seno de una familia luterana de origen noruego y de profundas raíces demócratas, se convertiría en una pesadilla para la Administración Obama en el Congreso.

De demócrata liberal a fiel republicana

Bachmann cambió de bando político durante su último año de universidad. De hecho, hay quien aún le recuerda que entre sus pecados de juventud está el haber participado como voluntaria en la campaña presidencial del demócrata Jimmy Carter en 1976. Allí conoció a su futuro marido, Marcus, al que convenció de pasarse al Partido Republicano tras leer la novela Burr (una novela histórica basada en la vida de Aaron Burr, tercer vicepresidente de los Estados Unidos) de Gore Vidal.

Inspirados por el documental How Should We Then Live? de Francis Schaeffer, Bachmann y su esposo, con el que tiene cinco hijos, se unieron al movimiento pro-vida a finales de los setenta. Esta militancia la ha llevado hasta el Capitolio luchando contra la financiación pública de hospitales que practicaban abortos, incluida en la Reforma del sistema sanitario impulsada por el presidente Obama.

Además, como experimentada abogada fiscalista con casi una década de servicio en el fisco y en el Departamento del Tesoro, Bachmann también se ha opuesto a las medidas impositivas adoptadas por el Gobierno, entre ellas el aumento de los impuestos a las multinacionales y las rentas más altas.

Firme seguidora y lectora de los escritos del economista estadounidense de origen austriacoLudwig von Mises, considera que es necesario acabar con los bancos centrales, que el control estatal de la economía es un pecado y que los impuestos a las grandes fortunas son un crimen contra la libertad.

En febrero de 2009 votó en contra del plan de estímulo económico de Obama valorado en 787.000 millones de dólares. Un año antes se opuso a los rescates federales de instituciones financieras y del sector de la automoción, mostrándose a favor de dejar quebrar a las entidades de financiación hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac.

El cambio climático, una patraña

Su postura en asuntos como la política energética no ha sido menos polémica: ha calificado el cambio climáticocomo "una gran mentira" e introducido una legislación para reducir la dependencia de las fuentes de energía extranjeras e incrementar la producción interna, aunque ello conlleve acabar con el Refugio Nacional de Vida Salvaje del Ártico y la Plataforma Continental Externa.

Además, impulsó el Acta de Libertad de Elección de Bombillas de Luz para revocar cualquier prohibición contra las bombillas convencionales. Lo hizo en protesta por la sustitución de bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo para luchar contra la emisión de gases de efecto invernadero. Según Bachmann, "el gobierno no debe decir a los ciudadanos el tipo de bombillas que deben utilizar".

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