¿Hay motivos para ir a ver 'Ocho apellidos catalanes'?

'Ocho apellidos catalanes' llega hoy con toda la carne sobre el asador, esperando recoger cifras similares a las que cosechó con 'Ocho apellidos vascos'. La cinta original supuso una recaudación de 56 millones de euros, lo que hace que hoy veamos su segunda entrega en más de 800 salas pero,¿hay motivos para ir a ver 'Ocho apellidos catalanes'?

La respuesta es sí, pero porque todo el mundo va ir a verla. 'Ocho apellidos vascos' fue un no parar de llenar salas. Semanas después de su estreno seguía teniendo la gran mayoría de las butacas ocupadas, con gente que incluso repetía o que habían ido al cine después de años sin pisar uno por el simple hecho del boca a boca, que fue lo que llevó la fama a la cinta.

Dani Rovira y Clara Lago vuelven a sus papeles, en una obra donde sus personajes tienen menos protagonismo y presencia en cámara. El romanticismo ocupa la mayor parte de la película, colándose como siempre, y como era de esperar, bromas basadas en los tópicos que harán reír, pues son sencillos y están escritos para hacer disfrutar al espectador.

"Tengo la sensación de que el guion se ha escrito con demasiada prisa, la fórmula funciona peor en ese independentista pueblo gerundense que en la geografía e idiosincrasia vasca", escribe Carlos Boyero en 'El País'La tercera entrega está en el aire

Karra Elejalde ha sido el gran vitoreado en esta película. "No me importaría que apareciera en todos los planos el admirable Elejalde", asegura Boyero.El actor que sigue terminando sus frases con la palabra "hostias" cual vasco de chistes despunta frente al resto. No es por ello que Diego San José, uno de los guionistas, haya fantaseado con enviarle a Nueva York en un posible spin-off, donde el personaje cruce el puente de Brooklyn en un barco para decir "vaya mierda, el de Portugalete sí que es un puente".

La crítica que ha podido ir a los pases realizados en Madrid y Barcelona antes de su estreno hoy está dividida. Por un lado tenemos a los que piensan que, pese a bajar el nivel respecto a la anterior, conseguirá enganchar por su humor sencillo y su romanticismo palpable en cada escena.

Por otro, tenemos a los que comentan que la película ha llegado "a mata caballo", con prisas y sin pensar en si realmente era necesaria una segunda parte. Emilio Martínez-Lázaro parece que ha tenido que luchar por sacar hacía delante el proyecto, que desde luego habrá tenido prisas por parte de Mediaset.

"Más elaborada, con menos mordiente (...) se cuelan algunos chistes al límite (los que escuecen) al lado de otros más cerca de la urgencia. (...) lo que no consigue la película es sobrepasar nunca el umbral de lo coyuntural", asegura Luis Martínez en El Mundo.Las segundas partes nunca fueron buenas

Pese a las divisiones, todos coinciden en que la segunda parte ha quedado floja, dándole más importancia a las relaciones amorosas que a los tópicos nacionalistas y las bromas que surgen a partir de ahí. Será que los chistes de "iban un vasco, un catalán y un andaluz…" no cuajan de igual manera en la gran pantalla.

"Muchas cosas se han perdido en esta secuela. La agilidad y el sentido del ritmo brillan por su ausencia en este macroenredo atropellado. Gran parte del salero de Rovira se ha esfumado", cuenta Jordi Batlle en Fotogramas.

'Ocho apellidos catalanes' llega en un momento de tensión política, sirviendo de alguna forma para desinflar la burbuja que se está creando con el tema de la independencia y las tensiones cada vez más notables entre la población.'Ocho apellidos catalanes' aburrirá por igual a Rajoy y Artur Mas, titula su crónica El Confidencial.La película pondrá de acuerdo a ambos bandos, en un intento por hacer disfrutar a los espectadores y hacerles olvidar de todo para que pasen un buen rato.