Hollande da al veterano Sapin Finanzas, al turbulento Montebourg Economía

  • El presidente francés, François Hollande, repartió hoy el área económica del nuevo Gobierno entre su amigo de juventud Michel Sapin, que dirigirá la delicada negociación europea sobre la reducción del déficit, y el turbulento Arnaud Montebourg, un proteccionista que está de uñas con Bruselas.

París, 2 abr.- El presidente francés, François Hollande, repartió hoy el área económica del nuevo Gobierno entre su amigo de juventud Michel Sapin, que dirigirá la delicada negociación europea sobre la reducción del déficit, y el turbulento Arnaud Montebourg, un proteccionista que está de uñas con Bruselas.

Sapin, que en una semana cumple 62 años, llega al Ministerio de Finanzas y de las Cuentas Públicas desde el de Trabajo, donde no ha conseguido en los 22 meses en el puesto a invertir el incremento del desempleo, que ha sido una de las grandes promesas incumplidas de Hollande que pesaron en el revés electoral de las municipales.

Este socialista de tendencia socialdemócrata tiene una dilatada experiencia gubernamental, que empezó en 1991 durante la presidencia de François Mitterrand y continuó al año siguiente al ocupar el departamento al que ahora vuelve. Entre 2000 y 2002 volvió a dirigir una cartera, en ese momento la de la Función Pública.

Conoció a Hollande en 1978, cuando eran estudiantes en la Escuela Nacional de la Administración (ENA), el gran centro de formación de las élites políticas económicas de Francia, y desde entonces han mantenido una complicidad personal y política que parece haber pesado en su actual promoción.

Su reto urgente es aplicar el recorte del gasto público en 50.000 millones de euros sin aumentos de impuestos, para cumplir con el llamado "pacto de responsabilidad" que el presidente lanzó con el objetivo de reducir en 30.000 millones las cotizaciones que pagan las empresas para hacerlas más competitivas.

Sobre todo porque en paralelo debe formalizar antes de fin de mes el programa plurianual de Finanzas a la Comisión Europea, que ayer lanzó una advertencia a Francia por haber incumplido una vez más el objetivo de reducción del déficit en 2013 (terminó ese año con el 4,3 % del Producto Interior Bruto).

Pero los roces entre París y Bruselas corren el riesgo de no limitarse a un posible nuevo aplazamiento (por ahora hasta 2015) de la disminución del déficit por debajo del umbral de 3 % del PIB, teniendo en cuenta el peso acaparado por el eurocrítico Montebourg.

Al título de ministro de la Reconstrucción Productiva que tenía desde el inicio del mandato de Hollande, esta cabeza visible del ala izquierda del Partido Socialista (PS), de 51 años y conocido por sus diatribas contra el liberalismo, ahora ha sumado el de Economía.

Montebourg, que tuvo un serio encontronazo con el primer ministro saliente, Jean-Marc Ayrault, al proponer la nacionalización de unos altos hornos de ArcelorMittal en Florange, sale premiado por su proximidad con Valls y por su discurso incisivo con el liberalismo europeo, a menos de dos meses de las elecciones a la Eurocámara.

Apreciado por muchos patronos franceses, defensor del "fabricado en Francia" y de una forma de proteccionismo europeo, ha chocado en múltiples ocasiones con los responsables de la CE, y en los últimos tiempos en particular con el encargado de la Competencia, Joaquín Almunia, al que reprocha impedir que emerjan "campeones europeos" competitivos a escala global.

El sacrificado en el polo económico del Ejecutivo francés es el hasta ahora ministro de Economía y Fianzas, Pierre Moscovici, un fiel escudero de Hollande en los últimos años.

No obstante, su salida del gabinete parece ser una apuesta para mejorar sus posibilidades como pretendiente a un puesto clave en la Comisión Europea que salga de los comicios de mayo.

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