Hollande defiende sus reformas para reflotar una Francia en declive

  • El presidente de Francia, François Hollande, defendió hoy su plan de reformas para sacar al país del declive económico y llamó a sindicatos y patronal a sumarse a su implementación, aunque avisó de que su voluntad de transformación no se detendrá ante la falta de acuerdo.

París, 7 jul.- El presidente de Francia, François Hollande, defendió hoy su plan de reformas para sacar al país del declive económico y llamó a sindicatos y patronal a sumarse a su implementación, aunque avisó de que su voluntad de transformación no se detendrá ante la falta de acuerdo.

"Nuestro país se ha descolgado desde hace diez años, ha perdido su posición en el mundo (..). Está en juego el futuro de Francia", dijo Hollande en un discurso que pronunció tras reunirse a puerta cerrada con representantes de los principales sindicatos y asociaciones de empresarios de su país.

Esa reunión fue el preludio de la conferencia social que mañana celebrará el Ejecutivo con patronal y sindicatos, la tercera en dos años de mandato, y que llega precedida de un fuerte clima de tensión después de que la Confederación General de Trabajadores (CGT) y Fuerza Obrera (FO) hayan anunciado que la boicotearán.

Esas dos agrupaciones, primera y tercera en número de afiliados, respectivamente, consideran que el Gobierno se ha plegado a las instrucciones de la patronal y critican, especialmente, que vaya a retrasarse un año -y sin contar con los sindicatos- la jubilación anticipada para los asalariados con trabajos más duros.

Por eso, la CGT y FO no participarán en la cita, en la que pronunciará un discurso el primer ministro, Manuel Valls, que esos dos sindicatos consideran que "no merece ser escuchado".

Por su parte, los sindicatos reformistas (CFDT, CFTC, CFE-CGC) sí asistirán con predisposición "exigente y constructiva" a la conferencia, que coincidirá con los primeros cien días de Valls como jefe del Ejecutivo, puesto en el que reemplazó a Jean-Marc Ayrault.

En su intervención de hoy, el jefe del Estado francés describió una Francia estancada donde "el paro es revelador de las dificultades estructurales", con una tasa de desempleo superior al diez por ciento.

Hollande situó "la lucha contra el desempleo de larga duración" como una "causa nacional".

Como síntomas del declive, Hollande enunció un "sistema de formación inadaptada", la "complejidad administrativa que puede desanimar", la "insuficiente valoración del trabajo" y las "desigualdades que excluyen cada vez más a una parte de la población".

Hollande se dijo en contra de legislar a golpe de mayoría parlamentaria y sin dialogar con los agentes sociales, pero avisó de que "la reforma no se detendrá".

En ese sentido, abrazó el diálogo social como "método" porque "puede ser un factor de competencia económica y social", pero también dejó claro que este no puede convertirse en "una rivalidad perpetua" y que sindicatos y patronal tienen que alcanzar "resultados".

Las reformas del Ejecutivo pretenden "asegurar la estabilidad y la visibilidad indispensable" de Francia en los próximos tres años y hacer "todo lo posible por acelerar la recuperación", añadió Hollande, que, además del "pacto de responsabilidad" o de la reforma territorial para simplificar el mapa del país, lanzó algunas propuestas nuevas.

Por ejemplo, el presidente sugirió la creación de un grupo de evaluación de los avances de las negociaciones en los cincuenta principales sectores económicos.

También llamó a los bancos a implicarse más en la financiación de las empresas y anunció que se buscará una optimización de "todos los dispositivos de financiación en favor de la economía real" para que los ahorros de los franceses lleguen a "la economía productiva".

En el plano internacional, avanzó que "en las próximas semanas" presentará a sus socios comunitarios un plan de "convergencia social y fiscal" que incluirá un suelo sobre el impuesto de sociedades y un "salario mínimo europeo".

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